Emprendedora china de cafetería
La generación de los chinos que nacieron en los años 80 ha disfrutado de la bonanza económica que ha experimentado el país en los últimos 40 años.
Como hijos únicos, han recibido el apoyo familiar de sus padres y de sus abuelos, lo que les ha permitido tener una mayor estabilidad económica, mayores estudios, viajan más al extranjero. Estas son oportunidades que no tuvieron sus padres. A la generación de los 80 también se les ha llamado la generación de los pequeños emperadores o niños mimados, como una forma despectiva para ilustrar que estos jóvenes son egoístas y materialistas. Sin embargo, estos jóvenes son ahora la nueva generación de adultos que, conforme han crecido, asumen más responsabilidades y tienen más retos que afrontar en un ambiente cada vez más competido. La mayoría busca empleos seguros y estables. Pocos son los que se aventuran a emprender su propio negocio, por ejemplo, Wen Feining, una chica que no obstante haber estudiado un doctorado en farmacología y tener un trabajo estable, renunció para montar su propia cafetería. Forma parte de la nueva generación de chinos dispuestos a tomar riesgos para montar su negocio.
Tras terminar sus estudios de doctorado en farmacología, Wen Feining encontró un trabajo estable en su campo, sin dificultades. Todo marchaba bien en su trabajo hasta que tuvo la idea de abrir una cafetería. La historia inicia cuando ella conoció a su, ahora esposo, justamente en una cafetería. Para ambos la cafetería tenía un alto significado emocional. Tras contraer matrimonio, la cafetería en la que se conocieron cerró.
Wen Feining dijo: “Mi esposo y yo nos encontramos por primera vez en una pequeña cafetería, donde tomamos café con mucha frecuencia. Luego nos convertimos amigos, novios, hasta que entramos al matrimonio. La cafetería nos unió y cambió nuestra vida. Pero después de casarnos, la cafetería en la que nos conocimos cerró. En ese entonces es cuando deseamos que existiera un lugar parecido que sirviera como una segunda sala para mucha gente. Es posible que las personas se sientan muy cansadas al terminar su trabajo, y quieran a acudir a un lugar similar a su propio hogar, donde siempre puedan encontrar a sus antiguos amigos. Por eso abrimos una cafetería pequeña. Es nuestra primera cafetería”.
La cafetería funcionó como lo planteaban. El ambiente hogareño la convirtió en la segunda casa para mucha gente, donde los clientes pueden descansar después del trabajo, o sólo relajarse y disfrutar. Wen Feining ha visto cómo los clientes llegan a la cafetería tras su trabajo, toman alguna comida, dan un paseo afuera, y vuelven a la cafetería charlando con sus amigos. De tal modo que Wen Feining y su esposo logran éxito en su negocio, aunque en ese entonces la chica todavía mantenía su trabajo de la carrera farmacológica. Atendía la cafetería simultáneamente. Pero luego ella decidió renunciar a su trabajo para dedicarse de lleno a la cafetería. ¿Por qué tomó la decisión? Wen Feining contestó: “Porque logramos muchos éxitos en nuestra primera cafetería, mi esposo y yo decidimos abrir la segunda, con mejor localidad y mayor superficie, lo cual que nos ejerce más presión. Se necesita una persona que concentre sus energías para el negocio. Por eso renuncié a mi trabajo”.
Como es la tradición en china, Wen Feiyu era una chica que había seguido todo el tiempo la línea marcada por sus padres, pero ahora que dejó su empleo para tener su cafetería, ¿qué piensan ellos al respecto? Wen Feining dijo: “Mi madre proviene del campo. A su juicio, la vida feliz de una persona normal es la estabilidad, no en correr riesgos para hacer inversiones. Ella piensa que mi vida debe estar entre el trabajo y la casa. Que mi esposo y yo tengamos un salario fijo y estable, luego uno o dos hijos. Por eso no apoyó mi decisión de renunciar a mi trabajo estable para correr el riesgo de abrir una cafetería”.
Si bien su madre no está de acuerdo con su decisión, por el contrario, su padre no tiene problema mientras ella sea feliz y le vaya bien en su negocio. Wen Feining manifestó: “Especialmente nuestra generación se influye más por los padres. Como somos la primera generación de hijos únicos del país, los padres concentran toda su esperanza en su único hijo. Sin embargo, conforme crecemos desarrollamos nuestra propia personalidad. Esto es la causa de que mi padre me entienda”.
En su opinión, dentro de la generación nacidos en los 80 hay personas dispuestas a correr riesgos. Sin embargo, Wen Feiyu no considera que su cafetería sea un riesgo o un impulso, puesto que sigue el éxito de la primera cafetería que montó. Antes de renunciar a su trabajo ella vio las oportunidades del negocio y sólo hasta que se sintió segura es cuando renunció a su trabajo. Dijo: “He visto la esperanza en los negocios de nuestra primera cafetería, no hacemos la inversión a ciegas. Hemos acumulado algunas experiencias y cliente fieles, medidas administrativas, así como los cafés y comidas típicas. Por eso nos atrevemos a abrir la segunda cafetería.”
Wen Feiyu se considera a sí misma una chica típica de los 80 porque ha seguido desde muy joven las ideas de sus padres, incluso la carrera que estudió fue siguiendo los deseos de ellos. Sin embargo, estudió el doctorado porque quería llegar al nivel de excelencia en su campo. Pero estudiar tantos años para no seguir su carrera, algunos pensarían que está desperdiciando su doctorado. Indicó: “Me parece que la vida se vive solamente una vez. Si una persona elige un trabajo que no le gusta durante toda su vida, lo que desperdicia es toda su vida. Durante el proceso de estudiar un doctorado, lo que aumenta no es solamente los conocimientos profesionales, sino también la capacidad personal. Si no tengo el doctorado, no podría comunicarme mucho con los clientes, me limitaría mi experiencia personal y mis horizontes. Tener un doctorado no significa que tú tienes que trabajar en ese campo, sino que puedes encontrar el correcto camino para lograr éxitos en cualquier campo que elijas”.
Para Wen Feining, tener un alto grado académico le ayuda a ser un mejor ser humano. Considera que ser una persona educada te abre oportunidades para muchas cosas. Ahora que ha encontrado una nueva perspectiva, una nueva pasión en la vida, ella decidió seguir su camino. Al estar situada en la generación de los 80, la cual ha disfrutado los éxitos económicos de China, ha crecido en un ambiente sin preocupación por el futuro. Pero ahora en la etapa adulta, la situación cambia. Wen Feiyu reconoce que las condiciones son diferentes: “La generación de los 70, compra la vivienda con el precio más bajo, logra su primer cubo de oro en el mejor período que se llena de oportunidades. Pero para nuestra generación de los 80, cuando nos licenciamos de la universidad, el precio de vivienda aumenta, las oportunidades que nos encontramos son menos que la generación de los 70. Por eso tenemos que procurarnos nuestros éxitos en la vida, por nosotros mismos. Tenemos una metáfora: en el tazón se queda menos caldo, pero esto no significa que no tienes la oportunidad de obtenerlo”. Según Wen Feiyu, ante una competencia más difícil, la generación de los 80 tiene que esforzarse más durante sus primeros pasos en el camino de la vida. Esta filosofía de la vida le ha ayudado para llevar la vida que quiere.
Siendo la sociedad china tradicionalmente más amante del té que del café, ¿cómo es que Wen Feiyu adquirió el gusto por esta bebida y cómo es que los chinos han comenzado a ser más asiduos a las cafeterías? Ella nos explica que las grandes cadenas transnacionales, como Starbucks, han sido los responsables directos de que haya crecido el gusto por el café entre los chinos. Sin embargo, ella considera que estos lugares no dan la oportunidad a la gente para conocer más acerca del café. Subrayó: “Aunque Starbucks permite a más personas conocer sobre el café, no ofrece a la gente los conocimientos profesionales sobre la bebida. Por ejemplo, los diferentes aparatos y maneras de preparar un café, los distintos tipos de café en las diferentes regiones, el criterio para saber si un café es de buena calidad”.
Es por ello que Wen Feiyu no sólo vende café, sino que busca que sus clientes conozcan más acerca del arte del café. Ella compara el café con el té. Ambas bebidas no son sólo para ingerirse, sino que debe comprenderse el arte que las envuelve.
Con esta motivación es que ella realizó eventos de degustación de café, con distintos granos. “Hemos organizado una actividad de Coffee Cupping, la cata de café, una técnica que evalúa la calidad del café, incluyendo su aroma y sabor. El catador profesional de café utiliza rigurosos métodos para catar las muestras de café para decidir cuál comprar. Es el eslabón más importante en la compra del café. En esa ocasión, presentamos 8 tipos de granos de café, entre ellos, uno de la provincia de Yunnan de China, uno de Jamaica, ofrecidos por cliente y amigo mío. Invitamos a nuestros antiguos clientes a conocer y participar en todo el procedimiento de la cata de café, luego los clientes califican los granos de café según el resultado de la cata, eligen el café que les gusta más. Deseamos que la gente tenga más interés al café a través de esta cata profesional en lugar de tratar al café como una bebida solamente. Igual al té, el café también contiene su cultura”.
Gracias a que su esposo es trabaja como agente libre en programas de televisión de turismo, ella ha tenido la oportunidad de viajar a distintos países, hasta el momento ha visitado 16. Ella comparte en su cafetería con sus clientes sus experiencias en el extranjero, donde visita las cafeterías locales, pero por supuesto, evita los Strarbucks porque considera que todos son iguales.
Además de las experiencias, Wen Feiyu presta mucha atención a los productos que ofertan en su negocio, sobre todo a la seguridad de los alimentos. Para ello, ella acude directamente a comprar con los proveedores los vegetales que usa las ensaladas, los granos de café, los pasteles entre otros productos.
La generación de los chinos que nacieron en los años 80 ha disfrutado de la bonanza económica que ha experimentado el país en los últimos 40 años.
Como hijos únicos, han recibido el apoyo familiar de sus padres y de sus abuelos, lo que les ha permitido tener una mayor estabilidad económica, mayores estudios, viajan más al extranjero. Estas son oportunidades que no tuvieron sus padres. A la generación de los 80 también se les ha llamado la generación de los pequeños emperadores o niños mimados, como una forma despectiva para ilustrar que estos jóvenes son egoístas y materialistas. Sin embargo, estos jóvenes son ahora la nueva generación de adultos que, conforme han crecido, asumen más responsabilidades y tienen más retos que afrontar en un ambiente cada vez más competido. La mayoría busca empleos seguros y estables. Pocos son los que se aventuran a emprender su propio negocio, por ejemplo, Wen Feining, una chica que no obstante haber estudiado un doctorado en farmacología y tener un trabajo estable, renunció para montar su propia cafetería. Forma parte de la nueva generación de chinos dispuestos a tomar riesgos para montar su negocio.
Tras terminar sus estudios de doctorado en farmacología, Wen Feining encontró un trabajo estable en su campo, sin dificultades. Todo marchaba bien en su trabajo hasta que tuvo la idea de abrir una cafetería. La historia inicia cuando ella conoció a su, ahora esposo, justamente en una cafetería. Para ambos la cafetería tenía un alto significado emocional. Tras contraer matrimonio, la cafetería en la que se conocieron cerró.
Wen Feining dijo: “Mi esposo y yo nos encontramos por primera vez en una pequeña cafetería, donde tomamos café con mucha frecuencia. Luego nos convertimos amigos, novios, hasta que entramos al matrimonio. La cafetería nos unió y cambió nuestra vida. Pero después de casarnos, la cafetería en la que nos conocimos cerró. En ese entonces es cuando deseamos que existiera un lugar parecido que sirviera como una segunda sala para mucha gente. Es posible que las personas se sientan muy cansadas al terminar su trabajo, y quieran a acudir a un lugar similar a su propio hogar, donde siempre puedan encontrar a sus antiguos amigos. Por eso abrimos una cafetería pequeña. Es nuestra primera cafetería”.
La cafetería funcionó como lo planteaban. El ambiente hogareño la convirtió en la segunda casa para mucha gente, donde los clientes pueden descansar después del trabajo, o sólo relajarse y disfrutar. Wen Feining ha visto cómo los clientes llegan a la cafetería tras su trabajo, toman alguna comida, dan un paseo afuera, y vuelven a la cafetería charlando con sus amigos. De tal modo que Wen Feining y su esposo logran éxito en su negocio, aunque en ese entonces la chica todavía mantenía su trabajo de la carrera farmacológica. Atendía la cafetería simultáneamente. Pero luego ella decidió renunciar a su trabajo para dedicarse de lleno a la cafetería. ¿Por qué tomó la decisión? Wen Feining contestó: “Porque logramos muchos éxitos en nuestra primera cafetería, mi esposo y yo decidimos abrir la segunda, con mejor localidad y mayor superficie, lo cual que nos ejerce más presión. Se necesita una persona que concentre sus energías para el negocio. Por eso renuncié a mi trabajo”.
Como es la tradición en china, Wen Feiyu era una chica que había seguido todo el tiempo la línea marcada por sus padres, pero ahora que dejó su empleo para tener su cafetería, ¿qué piensan ellos al respecto? Wen Feining dijo: “Mi madre proviene del campo. A su juicio, la vida feliz de una persona normal es la estabilidad, no en correr riesgos para hacer inversiones. Ella piensa que mi vida debe estar entre el trabajo y la casa. Que mi esposo y yo tengamos un salario fijo y estable, luego uno o dos hijos. Por eso no apoyó mi decisión de renunciar a mi trabajo estable para correr el riesgo de abrir una cafetería”.