El nuevo panorama de las relaciones China-España

2017-01-04 19:27:25
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Por ZHOU LIN

Este 2016 se conmemora el 43° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y España. A lo largo de estos años se han ido fortaleciendo los intercambios y la cooperación bilateral en áreas como la política, la economía y comercio, la cultura, la ciencia y tecnología, la educación, entre otras. En cuanto a la actual situación política y económica de España y el rumbo de la cooperación bilateral, China Hoy entrevistó a Zhang Min, investigadora del Centro de Estudios Españoles de la Academia China de Ciencias Sociales.

Confianza política mutua

Desde 2005, año en que elevaron el nivel de sus relaciones al de Asociación Estratégica Integral, China y España han cosechado frutos sin precedentes en muchas áreas y en el desarrollo regional, y han logrado fortalecer la comunicación, la consulta y la cooperación en problemas globales, regionales y de importante interés para ambas partes. España ha respaldado siempre el pleno estatus de economía de mercado de China y su petición a la Unión Europea de levantar el embargo de armas. España también comparte la misma postura del Gobierno chino respecto a la situación del Tíbet, los derechos humanos y el caso de Taiwan.

China, por su parte, ayudó a España durante la crisis de la deuda y contribuyó a la estabilización de la zona euro y la integración europea. Las relaciones bilaterales se encuentran en su mejor etapa de desarrollo. La promoción de la Asociación Estratégica y, sobre todo, la ampliación de la cooperación en otras regiones guardan relación con el desarrollo a largo plazo y los intereses fundamentales de los dos países.

En los últimos diez años, los dos países han realizado una serie de cooperaciones pragmáticas. Entre 2004 y 2011, durante el régimen del PSOE, el entonces presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo cuatro visitas oficiales a China, marcando un récord respecto a sus antecesores. Desde entonces, se han mantenido la alta frecuencia de las visitas mutuas de alto nivel y los diálogos de intercambio a diferentes niveles. La familia real de España también contribuyó de manera importante al desarrollo de las relaciones sino-españolas.

A comienzos de 2011, el entonces viceprimer ministro chino, Li Keqiang, emprendió una gira por tres países europeos, y España fue la primera parada de su viaje. Durante esta visita, los dos Gobiernos firmaron convenios y contratos comerciales por la suma de 7500 millones de euros, lo que tuvo un gran significado para el país de Cervantes, que estaba al borde de la crisis de la deuda soberana y enfrentaba una elevada tasa de desempleo. La visita de Li consolidó la base de la confianza política mutua, fortaleció aún más la cooperación económica y comercial bilateral, y elevó la Asociación Estratégica Integral de los dos países.

En cuanto a lo que China y España pueden aprender el uno del otro en materia de sistema político, administración social y teorías de gobernación, la investigadora Zhang Min recuerda que el Gobierno español aplica un sistema democrático que coexiste con una monarquía y ejecuta la ley con rigor, lo que garantiza que todo el país funcione con eficacia y normalidad, incluso sin la existencia de un Gobierno. El sistema y las instituciones que España estableció para la administración del país son lo que una nación tan grande como China puede aprender para el futuro.

Relaciones económicas y comerciales

En este siglo XXI, España ha reajustado su política diplomática en el exterior. Ha empezado a construir una nueva plataforma de cooperación, sobre la base de tres pilares tradicionales: la Unión Europea (UE), el fortalecimiento de su relación especial con América Latina y la profundización de sus lazos con los países del Mediterráneo. España, además, le da prioridad a las relaciones con la región Asia-Pacífico y sobre todo con China, en lo que es una estrategia a largo plazo de España para la búsqueda de un mayor desarrollo en un mundo multipolar. Gracias al “Plan Integral de Desarrollo de Mercado de China”, el Gobierno español destinó entre 2005 y 2007 un total de 690 millones de euros para apoyar e incentivar la inversión y los negocios de las empresas españolas en China, así como para promover la llegada de turistas chinos a España.

A comienzos de 2009, España y China fijaron la meta de aumentar el volumen del comercio bilateral a 40.000 millones de dólares para 2011, un esfuerzo que se interrumpió por la crisis financiera europea. Según los datos del Eurostat, el comercio bilateral descendió un 31,6 % a 19.420 millones de dólares en 2009. De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Comercio de China, la cifra llegó a 27.460 millones de dólares en 2015, de los cuales 21.860 millones correspondieron a las exportaciones chinas y 5600 millones, a las exportaciones españolas. España es el sexto socio principal de China en la UE, mientras que China es el primer socio que tiene España fuera de los países de la UE. El comercio con España representa el 4,86 % del total que China mantiene con los 28 países miembros de la UE, un porcentaje que no puede compararse con Alemania, primer socio de China en la UE, ni que corresponde con la posición que China tiene en el mundo como segunda economía global.

Para afrontar el prolongado déficit comercial, China desea importar de España más productos de calidad, no solo aceite de oliva, vino, jamón, entre otros productos agrícolas, sino también productos industriales, como simuladores de vuelo y materiales de alta tecnología, a fin de fomentar el desarrollo sostenible y saludable del comercio bilateral. Si cada ciudadano chino consumiera al año una botella de vino y una rebanada de jamón de España sería para el país ibérico un gran éxito en un mercado gigantesco. Se cree, además, que la gastronomía española tiene un gran potencial de desarrollo en China.

Los vínculos económicos y comerciales cada vez más estrechos han hecho que el comercio entre China y España vaya aumentando constantemente. Existe una gran potencial en la cooperación económica y comercial, pues los dos países cuentan con ventajas complementarias. La cooperación en áreas como las de productos agrícolas, gastronomía, finanzas, telecomunicaciones, nuevas energías y turismo viene adquiriendo nuevos puntos de interés. Citemos un ejemplo. En 2012, la empresa española Gamesa decidió incrementar en 90 millones de euros su inversión en China para que su capacidad instalada de energía eólica llegase a los 1315,3 MW y, además, para la construcción de una nueva planta de equipos en la región autónoma de Mongolia Interior. En 2011, las ventas de Gamesa en China representaron el 30 % de sus ventas a nivel global. China se ha vuelto su primer mercado en el mundo.

Intercambios culturales

España es el país con la superficie territorial más grande del suroeste de Europa y fue un gran imperio que contaba con colonias en Asia y la hoy América Latina. Al ser un país de diversas etnias y culturas, España, con sus abundantes recursos turísticos, atrae la atención de turistas de todo el mundo. Es, además, un puente entre Europa y América Latina, así como entre Europa y África.

España, país con un sector turístico muy desarrollado, ha hecho propuestas innovadoras en la promoción de sus recursos turísticos y reliquias culturales en China. Por ejemplo, ha organizado exhibiciones de música y poesía de Andalucía que han permitido conocer tanto la cultura como la realidad económica y comercial de la zona sur del país, lo que dejó una profunda impresión en los chinos. España ha construido en China una plataforma de cooperación cultural y un sistema de difusión, a través de la Oficina Cultural de la Embajada de España en China, el Instituto Cervantes en Beijing y los centros de enseñanza del idioma español en diferentes universidades de China.

El turismo es un punto clave en la promoción cultural de España. El país ibérico busca profundizar el intercambio y la cooperación en el sector cultural para atraer más turistas chinos. Para el periodo 2012-2020, el Instituto de Turismo de España (Turespaña) se trazó como objetivo que las visitas chinas aumenten un 25 % al año para así a llegar a los 300.000 visitantes en 2015 y a un millón en 2020.

China y España son dos países de antiguas civilizaciones y ricos en patrimonios mundiales. Se respetan mutuamente. La cultura, la lengua y la historia han hecho que España y América Latina tengan una relación especial. Hoy en día, los intereses de China y los mercados emergentes de América Latina, los intereses de China y España, así como los de España y los países latinoamericanos se entremezclan. El desarrollo de China y España en el mercado latinoamericano debe establecer un sistema de división racional de trabajo y un mecanismo de beneficio mutuo, cuya base sea la cooperación, aunque complementada con la competencia.

La cooperación bilateral viene avanzando hacia la meta estratégica. En muchos sectores estratégicos, como los de finanzas, telecomunicaciones, energía y navegación espacial, se ve una tendencia hacia la profundización de la cooperación. Los dos países han llegado también a un acuerdo común en cuanto a su participación conjunta en el mercado latinoamericano. La cooperación va a sustituir a la competencia. Se espera que la Asociación Estratégica Integral entre China y España se enriquezca cada día más con la cooperación bilateral en importantes proyectos a largo plazo.

Por ZHOU LIN

Este 2016 se conmemora el 43° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y España. A lo largo de estos años se han ido fortaleciendo los intercambios y la cooperación bilateral en áreas como la política, la economía y comercio, la cultura, la ciencia y tecnología, la educación, entre otras. En cuanto a la actual situación política y económica de España y el rumbo de la cooperación bilateral, China Hoy entrevistó a Zhang Min, investigadora del Centro de Estudios Españoles de la Academia China de Ciencias Sociales.

Confianza política mutua

Desde 2005, año en que elevaron el nivel de sus relaciones al de Asociación Estratégica Integral, China y España han cosechado frutos sin precedentes en muchas áreas y en el desarrollo regional, y han logrado fortalecer la comunicación, la consulta y la cooperación en problemas globales, regionales y de importante interés para ambas partes. España ha respaldado siempre el pleno estatus de economía de mercado de China y su petición a la Unión Europea de levantar el embargo de armas. España también comparte la misma postura del Gobierno chino respecto a la situación del Tíbet, los derechos humanos y el caso de Taiwan.

China, por su parte, ayudó a España durante la crisis de la deuda y contribuyó a la estabilización de la zona euro y la integración europea. Las relaciones bilaterales se encuentran en su mejor etapa de desarrollo. La promoción de la Asociación Estratégica y, sobre todo, la ampliación de la cooperación en otras regiones guardan relación con el desarrollo a largo plazo y los intereses fundamentales de los dos países.

En los últimos diez años, los dos países han realizado una serie de cooperaciones pragmáticas. Entre 2004 y 2011, durante el régimen del PSOE, el entonces presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo cuatro visitas oficiales a China, marcando un récord respecto a sus antecesores. Desde entonces, se han mantenido la alta frecuencia de las visitas mutuas de alto nivel y los diálogos de intercambio a diferentes niveles. La familia real de España también contribuyó de manera importante al desarrollo de las relaciones sino-españolas.

A comienzos de 2011, el entonces viceprimer ministro chino, Li Keqiang, emprendió una gira por tres países europeos, y España fue la primera parada de su viaje. Durante esta visita, los dos Gobiernos firmaron convenios y contratos comerciales por la suma de 7500 millones de euros, lo que tuvo un gran significado para el país de Cervantes, que estaba al borde de la crisis de la deuda soberana y enfrentaba una elevada tasa de desempleo. La visita de Li consolidó la base de la confianza política mutua, fortaleció aún más la cooperación económica y comercial bilateral, y elevó la Asociación Estratégica Integral de los dos países.

En cuanto a lo que China y España pueden aprender el uno del otro en materia de sistema político, administración social y teorías de gobernación, la investigadora Zhang Min recuerda que el Gobierno español aplica un sistema democrático que coexiste con una monarquía y ejecuta la ley con rigor, lo que garantiza que todo el país funcione con eficacia y normalidad, incluso sin la existencia de un Gobierno. El sistema y las instituciones que España estableció para la administración del país son lo que una nación tan grande como China puede aprender para el futuro.

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