Guangzhou, la puerta del sur de China
Por RAFAEL VALDEZ
China, más que un país, es un continente. La diversidad de etnias, dialectos, paisajes y apariencia de sus habitantes da cuenta del mosaico de su cultura. Guangzhou es una muestra de ello. En sus calles, el lenguaje que se escucha es cantonés, no mandarín a pesar de que muchos de sus habitantes también lo dominan. Su clima cálido dista mucho del frío del norte y el ritmo de vida de sus habitantes es más agitado que en otras ciudades chinas, producto de ser uno de los corazones comerciales del país. En Guangzhou hay mercados especializados en diversos productos: belleza, otro de relojes, uno especializado en zapatos y carteras, otro de electrodomésticos, etc.
Mercado nocturno.
Es una ciudad de comerciantes y está en la provincia de la que proviene el mayor número de chinos emigrados al exterior. Aquí, lo mejor es comprar al por mayor porque así se consiguen los mejores precios. Para darle una idea, si usted compra por unidad fácilmente encontrará una billetera a 5 yuanes (menos de $ 2), o una cartera a 100 yuanes (menos de 20 dólares), ahora imagínese si compra al por mayor…
El Wanguo Outlet Mall es un buen lugar para ir de compras. Muy cerca también encontrará infinidad de restaurantes a los que hay que ir con mente abierta. La comida cantonesa sorprende a extranjeros e incluso a los chinos de otras provincias, quienes dicen que “en Guangzhou se utilizan ingredientes de los que uno jamás ha escuchado hablar”. Y aunque podría resultar extraño, en esta ciudad es fácil encontrar platos con carne de gato o perro, escorpiones, gusanos y serpientes. Sí, probablemente usted en este momento esté frunciendo el ceño, pero déjeme decirle que la mayoría de aventureros que se animan a probar estos exóticos platos coinciden en que los sabores no distan mucho del pollo, la carne o el pescado. Así que déjese sorprender…
El Salón Conmemorativo de Sun Yat-sen.
Negocios e historia
Junto a Shanghai y Beijing, Guangzhou está considerada una de las principales ciudades del país. Su protagonismo se debe principalmente a su dinamismo económico. A fines de la década de 1970, las reformas emprendidas por el líder chino Deng Xiaoping aceleraron el ritmo de crecimiento de esta ciudad-puerto, que se beneficia de la cercanía geográfica a Hong Kong, uno de los nuevos centros financieros mundiales. Las aguas del río Perla que comunican Guangzhou con Hong Kong transportan desde hace décadas mercaderías y el desarrollo. Actualmente, tomar un crucero por este río, que es el tercero más largo de China, es una de las cosas que no se puede dejar de hacer si visita esta ciudad. El espectáculo de luces provenientes de los altos edificios seguramente quedará grabado en su retina.
El vanguardismo de los diseños de los edificios no es casualidad. La influencia de su hermana Hong Kong se puede sentir. En décadas pasadas, muchas empresas hongkonesas trasladaron sus fábricas a Guangzhou con el objetivo de optimizar los costos que en su tierra ya se habían encarecido. Esta coyuntura provocó una gran migración de chinos proveniente de las zonas rurales y agrícolas en busca de trabajo en las nuevas fábricas. Esto, sumado a las reformas tributarias de los años 90, le dio a Guangzhou el estatus de “paraíso para los empresarios”.
Pero además de los negocios, Guangzhou es un destino para quienes aman la historia. De hecho, se sabe que una de las características principales de las ciudades chinas, en general, es que para conocerlas y comprenderlas hace falta saber su historia. De otra manera no se las valora. Guangzhou no es la excepción. Fue la capital de tres reinos chinos: el Nanyue, el Nanhan y el Nanming. Por eso es importante visitar algunos lugares que dan cuenta de su gran historia: el Museo de las Tumbas de los Reyes Nanyue o el Salón Memorial de Sun Yat-sen, solo por citar unos ejemplos.
Mercado de flores sobre el río.
Uno de los principales parques es el Yuexiu, justamente el más grande de la ciudad con 93 hectáreas. Allí está la escultura de las cinco cabras, que es el símbolo de Guangzhou. Según la leyenda, hace siglos cinco seres celestiales llegaron a Guangzhou volando sobre cinco cabras y vistiendo ropas de distintos colores. Traían en la mano espigas de arroz que entregaron a los locales como augurio celestial de que nunca sufrirían hambre. De ahí que se conoce a Guangzhou como “la ciudad de las cabras”. En este parque, además, está la torre Zhenhai, también conocida como la Pagoda de Cinco Pisos, que formaba parte de la antigua muralla de la ciudad. Durante las guerras del opio, fue ocupada por tropas francesas y británicas debido a su posición estratégica. Los 12 cañones situados junto a la torre datan de esas fechas.
Y si de sincretismo religioso se trata, la ciudad del río Perla también tiene qué ofrecer. Si bien China es el país con mayor porcentaje de población atea del mundo (47%), en cada ciudad se pueden encontrar manifestaciones de distintas religiones.
El Templo de los Seis Banianos (Liurong), también conocido como Pagoda de las Flores, es un ejemplo. Este antiguo templo budista fue construido en el 537 bajo la Dinastía Liang. Su proximidad a los consulados lo ha convertido en un destino frecuente para las familias extranjeras que adoptan niños chinos. De hecho, las familias tradicionalmente reciben bendiciones para sus niños en este templo delante de la estatua de Avalokiteśvara.
El Templo Liurong debe su nombre a un poeta llamado Su Shi, quien escribió la inscripción de “Liu Rong” debido a los seis árboles de este tipo que allí crecían. El baniano es un tipo de árbol endémico de la India.
Otro lugar para apreciar la naturaleza es la Montaña de la Nube Blanca, que debe su nombre a la corona de nubes que se forma en su cúspide cada vez que aparece el sol después de la lluvia, o en la primavera. A 17 kilómetros al norte de la ciudad se encuentra este paraíso natural que incluye unas 30 montañas. La mayoría de ellas está formada por múltiples barrancos y tiene una gran variedad de flores y pájaros. El área total de la Montaña de la Nube Blanca es de 28 kilómetros. El pico más alto alcanza los 382 metros de altura y desde ahí se puede apreciar una imagen única de la ciudad.
Pero si de alturas se trata, la Canton Tower (Torre de Guangzhou) es el lugar propicio para quienes no conocen el vértigo. La Torre de Guangzhou, antes conocida como Guangzhou TV, comenzó a funcionar en septiembre de 2010 a propósito de los Juegos Asiáticos de ese año. Su altura hasta la punta de la antena alcanza los 600 metros, pero su cuerpo principal solo llega a 454 metros, una altura similar a rascacielos como las Torres Petronas, de Malasia; o el edificio Sears, de Chicago.
Arquitectos holandeses estuvieron a cargo de esta joya contemporánea que entre los ciudadanos es conocida simplemente como ‘La Torre'. Su compleja estructura exterior fue construida con enormes tubos de acero que forman algo parecido a una malla que se va retorciendo conforme crece en altura, pegándose al corazón del edificio hacia la mitad de su recorrido y termina con una cubierta inclinada.
En la cintura de la torre está el “Paseo por el Cielo”, que es una escalera al aire libre donde los visitantes pueden subir para apreciar un paisaje sin igual. Además, dentro de la estructura hay jardines, instalaciones de transmisión de televisión y radio, observatorios, restaurantes, salas de exposiciones, tiendas e incluso salas de cine 4D.
Por RAFAEL VALDEZ
China, más que un país, es un continente. La diversidad de etnias, dialectos, paisajes y apariencia de sus habitantes da cuenta del mosaico de su cultura. Guangzhou es una muestra de ello. En sus calles, el lenguaje que se escucha es cantonés, no mandarín a pesar de que muchos de sus habitantes también lo dominan. Su clima cálido dista mucho del frío del norte y el ritmo de vida de sus habitantes es más agitado que en otras ciudades chinas, producto de ser uno de los corazones comerciales del país. En Guangzhou hay mercados especializados en diversos productos: belleza, otro de relojes, uno especializado en zapatos y carteras, otro de electrodomésticos, etc.
Mercado nocturno.
Es una ciudad de comerciantes y está en la provincia de la que proviene el mayor número de chinos emigrados al exterior. Aquí, lo mejor es comprar al por mayor porque así se consiguen los mejores precios. Para darle una idea, si usted compra por unidad fácilmente encontrará una billetera a 5 yuanes (menos de $ 2), o una cartera a 100 yuanes (menos de 20 dólares), ahora imagínese si compra al por mayor…
El Wanguo Outlet Mall es un buen lugar para ir de compras. Muy cerca también encontrará infinidad de restaurantes a los que hay que ir con mente abierta. La comida cantonesa sorprende a extranjeros e incluso a los chinos de otras provincias, quienes dicen que “en Guangzhou se utilizan ingredientes de los que uno jamás ha escuchado hablar”. Y aunque podría resultar extraño, en esta ciudad es fácil encontrar platos con carne de gato o perro, escorpiones, gusanos y serpientes. Sí, probablemente usted en este momento esté frunciendo el ceño, pero déjeme decirle que la mayoría de aventureros que se animan a probar estos exóticos platos coinciden en que los sabores no distan mucho del pollo, la carne o el pescado. Así que déjese sorprender…
El Salón Conmemorativo de Sun Yat-sen.
Negocios e historia
Junto a Shanghai y Beijing, Guangzhou está considerada una de las principales ciudades del país. Su protagonismo se debe principalmente a su dinamismo económico. A fines de la década de 1970, las reformas emprendidas por el líder chino Deng Xiaoping aceleraron el ritmo de crecimiento de esta ciudad-puerto, que se beneficia de la cercanía geográfica a Hong Kong, uno de los nuevos centros financieros mundiales. Las aguas del río Perla que comunican Guangzhou con Hong Kong transportan desde hace décadas mercaderías y el desarrollo. Actualmente, tomar un crucero por este río, que es el tercero más largo de China, es una de las cosas que no se puede dejar de hacer si visita esta ciudad. El espectáculo de luces provenientes de los altos edificios seguramente quedará grabado en su retina.
El vanguardismo de los diseños de los edificios no es casualidad. La influencia de su hermana Hong Kong se puede sentir. En décadas pasadas, muchas empresas hongkonesas trasladaron sus fábricas a Guangzhou con el objetivo de optimizar los costos que en su tierra ya se habían encarecido. Esta coyuntura provocó una gran migración de chinos proveniente de las zonas rurales y agrícolas en busca de trabajo en las nuevas fábricas. Esto, sumado a las reformas tributarias de los años 90, le dio a Guangzhou el estatus de “paraíso para los empresarios”.