Estrellas en una noche nevada

2019-11-29 13:49:39
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El termómetro ya había descendió a 18 grados bajo cero, pero aún así elegimos dormir en el porche como de costumbre. Por la noche, lo más familiar para mí, son las estrellas en el firmamento. Aunque eran solo unos pequeños puntos centelleantes, yo ya me había acostumbrado tanto a ellos que su ausencia ocasional me traería una inmensa soledad y hastío.

Había estado nevando toda la noche, sin una sola estrella a la vista. Mi compañera de cuarto y yo, cada uno envuelto en una colcha, estábamos sentados, pero muy alejados el uno del otro en un rincón diferente del porche, pero uno frente al otro y charlando amenamente.

Ella exclamó, señalando algo a lo lejos, "¡Mira, Venus se está moviendo!". Miré hacia arriba y no vi nada más que una lámpara alrededor de la curva en un sendero de montaña. Sonreí y le dije, señalando la pequeña luz de una lámpara en la montaña opuesta, "¡Por allá, es Júpiter!"

Más y más luces aparecieron ante nuestros ojos, mientras seguíamos señalando aquí y allá. Las luces de las lámparas de huracán que parpadeaban en el bosque de pinos crearon un cielo lleno de estrellas. Con una leve diferencia entre el firmamento y el bosque cubierto por copos de nieve, las numerosas luces de las lámparas, ahora superan fácilmente en cantidad a las estrellas.

Completamente perdido en un mundo de fantasía, parecía ver todas las luces de las lámparas a la deriva del suelo. Con las ilusorias estrellas colgando aún sobre mi cabeza, me ahorré el esfuerzo de rastrear su posición cuando desperté de mi sueño en la oscuridad de la noche.

Por lo tanto, ¡así encontré consuelo incluso en una noche nevada y solitaria!

Bing Xin, seudónimo de la escritora, poeta y traductora china Xie Wanying, nació en Fuzhou el 5 de octubre de 1900 y falleció el 28 de febrero de 1999. No solo es una de pocas maestras literarias femeninas de los primeros años del siglo pasado, sino que al mismo tiempo se enfocó en la literatura infantil, cabe recalcar que ella fue la primera autora de la China moderna en trabajar en este campo. Ella tiene varias obras muy famosas para los chinos como “El agua de la primavera” (1923), “Las cartas a mis pequeños lectores” (1926), “La chica Donger” (1935) y “La pequeña linterna de color naranja” (1957). Incluso es tal su fama que se implantó un premio literario que lleva su seudónimo, el premio literario de “Bingxin”. En marzo del 2019 se celebró el 20 aniversario del fallecimiento esta espectacular maestra y en esta primavera, se reconoció la belleza de sus obras clásicas.

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