Mi sueño(I)
Tal vez sea porque las personas carecen de lo que les gusta más, aunque mis piernas no pueden moverse, soy un aficionado a los deportes. No solo me gusta ver partidos de fútbol, básquetbol y otros deportes con pelotas. También me gusta ver atletismo, natación, boxeo, patinaje sobre hielo, esquí, ciclismo y carreras de autos, en resumen, soy un gran aficionado a los deportes. Por supuesto, todos desde la televisión, porque hay peldaños muy altos en la puerta del estadio, que no puedo subir. Si hay un excelso programa deportivo en la televisión, me siento como si estuviese en una fiesta en el primer abrir y cerrar de ojos desde las primeras horas de la mañana lo pienso en mi corazón todos los días y paso cada minuto con mucha alegría. A veces me temo que muchas competiciones importantes se concentrarán en un solo día o en unos pocos días (como los Juegos Olímpicos que acaban de concluir), por lo que me perderé otras cosas importantes.
De hecho, la segunda cosa que me gusta es el fútbol, la tercera es la literatura, pero lo que más me gusta es el atletismo. Tanto que puedo decirles cuál es el récord mundial para todos los eventos del atletismo, quién lo tiene y cuánto tiempo lo ha conservado. Por ejemplo, Bob Beamon mantiene el registro de salto de longitud masculino. Nadie ha podido romperlo en 20 años, pero esto no es justo, ya que Bob Beamon hizo ocho con noventa metros en la ciudad de México, que se encuentra en una meseta y Carl Lewis hizo ocho con setenta y dos metros en una llanura. Por esta razón el resultado de Lewis es en realidad mucho mejor que el de Bob Beamon, pero no es un récord mundial. Estos registros me recuerdan el paso del tiempo, pero el encanto del atletismo no se centra en los registros, porque la gente no puede derrotar a Dios, pero el poder, la voluntad y la belleza de los seres humanos se pueden demostrar completamente a partir de correr y saltar, los cuales forman su encanto. Es mejor que cualquier baile y cualquier baile es más artificial de lo que es el atletismo. Tal vez los bailes que he visto son muy pocos y cuando mires a Carl Lewis o Edwin Moses, sentirás que están corriendo desde lo original, corriendo sin cesar hacia el futuro de la humanidad. La piel que es como el agua y viento es la danza más natural y la canción más libre.
La persona que me gusta y le envidio es Carl Lewis, él tiene una altura de un metro con ochenta y ocho centímetros, además tiene hombros anchos y piernas largas. Es como un leopardo negro, en diez segundos puede correr lo suficiente para saltar una distancia de más de ocho metros. En las competiciones más importantes, sus movimientos son de mucho alcance y muy ligeros. Nunca es como el canto de las estrellas del pop, cantar hasta el final siempre hace que la gente se pregunte qué es esto. No tengo miedo de los chistes de mis lectores. A menudo, rezo a Dios en secreto. Si las personas realmente pueden tener una vida después de esta, no pido nada más que solo tener un físico como el de Carl Lewis.
También me imagino que la gente en aquel momento generalmente será más alta que ahora, por lo que debo tener al menos una altura de más de ciento noventa centímetros y la velocidad de los 100 metros será aún más rápida que ahora, por lo que no puedo correr solo nueve punto nueve segundos. La mayoría de las personas que escriben novelas son adeptos a soñar despiertos, afortunadamente, este sueño no me deprime, porque la realidad de Shi Tiesheng es demasiado frustrante, por lo que idearon este método para que le brinde consuelo y anhelo.
Mi amor y admiración por Lewis aumentan día a día, creo que es la persona más feliz del mundo, además pienso que, si hay alguna manera de convertirme en él, definitivamente haré lo que sea necesario para realizarlo. Si puedo tener un cuerpo tan fornido como el de él en mi siguiente vida, el actual padecimiento de esta enfermedad, sería suficiente para compensarlo.
En los Juegos Olímpicos, justo al mediodía me sentí muy triste por la victoria de Michael Johnson sobre Lewis, sentí mucha incomodad en mi corazón hasta la noche y no dormí nada bien. En mis ojos, aparecieron muchas veces aquella escena del mediodía: todas las personas están alabando a Johnson, todas las banderas y flores se agitaban por Johnson, Johnson salió de la arena rodeado por un montón de reporteros, pero Lewis solo se quedó afuera de todo ello. La mirada de Lewis en ese momento era como la de un niño desamparado, lo que me hizo sentir muy mal. Estuve deprimido por unos días, siempre pensando en lo doloroso que estaría para Lewis ese momento, ni siquiera vi la retransmisión del partido al mediodía en la televisión, ni escuché a la gente hablar sobre eso, incluso envidié a Johnson en lugar de Lewis. También estuve buscando muchas razones en mi corazón para explicarme a mí mismo que Lewis es el mejor. Pero no sirvió para nada e incluso yo perdí aún más que Lewis. ¿No es esto algo extraño? ¿No es esto una enfermedad mental a los ojos de los demás? Lentamente pienso en las razones. ¿Es porque se ha roto la perfección de mi ídolo? Si esta es la razón única, puedo lamentarme por Johnson por un tiempo y luego volver a admirarlo. La profesionalidad de Johnson no es inferior a Lewis. ¿Es porque soy demasiado adicto a lo viejo y demasiado conservador? Pero entiendo muy bien que los recién llegados son los más llamativos. ¿O es que me duele de que a Lewis no le haya ido bien? Pero este es su mejor resultado. ¿Por qué al final? Lo supe: vi la desgracia de las llamadas personas más felices, la mirada de Lewis se tambaleó y rompió mi definición de "felicidad". Dios nunca le da el título de "el más feliz" a nadie. Él establece una distancia eterna frente a los deseos de todos y pone un límite preciso para cada persona. Si no puedes entender la felicidad a base de un camino sin final para superar las autolimitaciones, entonces la incapacidad de Shi Tiesheng para correr y la incapacidad de Lewis para correr aún más rápido, son exactamente la misma cosa, lo cual es la raíz de mi depresión y dolor. Si Carl Lewis no puede entender estas cosas, creo que, al mediodía mencionado anteriormente, debió ser la persona más desafortunada del mundo. (Para continuar)