China premia la impostura de Cercas
Por RAMÓN MARTÍNEZ
La Editorial Literatura del Pueblo otorgó el pasado mes de marzo al escritor español Javier Cercas el Premio Taofen por su novela El impostor, reconocida como la mejor novela extranjera de 2015 traducida al mandarín y publicada en China, una decisión que el jurado ha justificado, entre otras cosas, por la capacidad del autor para subvertir la idea convencional del género al componer una “novela sin ficción”.
Javier Cercas recibiendo el Premio Taofen.
Pero, ¿es posible escribir una novela sin ficción? ¿No estamos ante un oxímoron? ¿Uno de esos a los que Borges hubiera considerado “tolerables”? Y, en todo caso, ¿por qué es El Impostor una novela sin ficción? Lo explicó el propio Cercas a su paso por Beijing: “Pues porque el personaje principal es en sí mismo una ficción. Es un hombre que inventó su vida entera, completamente. Y desde el principio me pareció que no tenía sentido escribir una ficción sobre otra ficción, que era redundante, que era literariamente irrelevante, y que lo que tenía sentido era organizar en el libro una gran batalla entre la ficción y la realidad, entre la verdad y la mentira. Y por eso el libro es una novela sin ficción, saturada de ficción, solo que la ficción no la pongo yo, sino que la pone él, el personaje”.
Para completar esta explicación, tal vez haya que presentar a Enric Marco, el personaje principal de El Impostor, un hombre de carne y hueso, todavía vivo, conocido en el mundo entero y cuya fama ha quedado a buen resguardo entre las tapas de la novela del escritor español. De nuevo es el propio Cercas quien lo explica: “Enric Marco es un nonagenario barcelonés que durante casi treinta años se hizo pasar por superviviente del campo nazi de Flossembürg, hasta que fue desenmascarado en mayo de 2005 por un oscuro historiador llamado Benito Bermejo. Cuando esto ocurrió, Marco llevaba más de dos años presidiendo la Amical de Mauthausen (la asociación que reúne en España a la mayor parte de los casi 9000 supervivientes y familiares de supervivientes españoles de los campos nazis)”.
Sin embargo, lo que hizo Cercas, y lo que ha conmovido al jurado del Premio Taofen, no ha sido limitarse a abundar en una historia repetidamente contada, sino que se ha valido de ella para componer un extraño texto vanguardista presentado como una novela de no ficción.
“Es cierto, en principio, que la novela es una ficción pero para mí la novela es, ante todo, el género de la libertad absoluta”, se explicó Cercas. “ Esta es la genialidad de la novela”, concluyó.
Una novela universal
Aunque El Impostor está ambientada en España y abunda en la revisión de su memoria histórica tiene, como no podría ser de otro modo, pretensiones de universalidad, puesto que habla de “nuestra capacidad de enmascararnos, de falsificarnos, de nuestra necesidad de ser aceptados por los demás, y eso no es español”, dijo Cercas, quien señaló que tenía una “sensación muy agradable” por el hecho de haber sido premiado en China, una cultura muy diferente a la española pero que sabrá reconocer el carácter universal de lo que Cercas ha querido contar.
Coincide con el autor Chen Zhongyi, jefe del jurado general del Premio Taofen: “Creo que los escritores y lectores chinos encontraremos en El impostor el reverso de nuestra propia imagen. Creo que es un tema que puede interesar mucho. La mentira y la verdad; es como un contrapunto en nuestra vida y en nuestro modo de ser”, afirmó.
En opinión de Chen, en la novela de Cercas, premiada anteriormente en otros países como Francia, Italia o Portugal y traducida a una treintena de idiomas, hay taiji. En la filosofía china, el taiji es el principio generador de todas las cosas, de donde surgen el yin y el yang, dos conceptos del taoísmo que exponen la dualidad de todo lo existente en el universo. Esta dualidad, según Chen, está muy presente en la vida de los chinos, al igual que en la novela de Cercas, donde existe una relación “entre lo real y la ficción, entre la historia y la imaginación”, de ahí que crea que tendrá éxito entre los lectores del país asiático, pese a que de momento se haya lanzado una tirada de únicamente 5000 ejemplares.
Cercas es el primer escritor en español al que se le concede el premio Taofen, entregado por la Casa Editorial Literatura del Pueblo y que este año tuvo como otros finalistas obras del francés Adrien Bosc, el japonés Shinya Tanaka, el holandés Tommy Wieringa , la alemana Judith Hermann y la rusa Xenia Pushka.
Javier Cercas es autor de ocho novelas: El móvil (1987), El inquilino (1989), El vientre de la ballena (1997), Soldados de Salamina (2001), La velocidad de la luz (2005), Anatomía de un instante (2009), Las leyes de la frontera (2012) y El impostor (2014). También ha escrito el ensayo La obra literaria de Gonzalo Suárez y tres volúmenes de carácter misceláneo: Una buena temporada (1998), Relatos reales (2000) y La verdad de Agamenón (2006).
Su trabajo ha sido reconocido por multitud de premios, entre ellos el Premio Nacional de Literatura, el Premio Ciudad de Barcelona, el Premio Salambó, el Premio de la Crítica de Chile, el Prix Jean Moner, el Premio Mondello, el European Athens Prize for Literature o el Premio Internazionale del Salone del Libro di Torino y el Prix Ulysse al conjunto de su obra.
Pies
01
Javier Cercas recibiendo el Premio Taofen.
Por RAMÓN MARTÍNEZ
La Editorial Literatura del Pueblo otorgó el pasado mes de marzo al escritor español Javier Cercas el Premio Taofen por su novela El impostor, reconocida como la mejor novela extranjera de 2015 traducida al mandarín y publicada en China, una decisión que el jurado ha justificado, entre otras cosas, por la capacidad del autor para subvertir la idea convencional del género al componer una “novela sin ficción”.
Javier Cercas recibiendo el Premio Taofen.
Pero, ¿es posible escribir una novela sin ficción? ¿No estamos ante un oxímoron? ¿Uno de esos a los que Borges hubiera considerado “tolerables”? Y, en todo caso, ¿por qué es El Impostor una novela sin ficción? Lo explicó el propio Cercas a su paso por Beijing: “Pues porque el personaje principal es en sí mismo una ficción. Es un hombre que inventó su vida entera, completamente. Y desde el principio me pareció que no tenía sentido escribir una ficción sobre otra ficción, que era redundante, que era literariamente irrelevante, y que lo que tenía sentido era organizar en el libro una gran batalla entre la ficción y la realidad, entre la verdad y la mentira. Y por eso el libro es una novela sin ficción, saturada de ficción, solo que la ficción no la pongo yo, sino que la pone él, el personaje”.
Para completar esta explicación, tal vez haya que presentar a Enric Marco, el personaje principal de El Impostor, un hombre de carne y hueso, todavía vivo, conocido en el mundo entero y cuya fama ha quedado a buen resguardo entre las tapas de la novela del escritor español. De nuevo es el propio Cercas quien lo explica: “Enric Marco es un nonagenario barcelonés que durante casi treinta años se hizo pasar por superviviente del campo nazi de Flossembürg, hasta que fue desenmascarado en mayo de 2005 por un oscuro historiador llamado Benito Bermejo. Cuando esto ocurrió, Marco llevaba más de dos años presidiendo la Amical de Mauthausen (la asociación que reúne en España a la mayor parte de los casi 9000 supervivientes y familiares de supervivientes españoles de los campos nazis)”.
Sin embargo, lo que hizo Cercas, y lo que ha conmovido al jurado del Premio Taofen, no ha sido limitarse a abundar en una historia repetidamente contada, sino que se ha valido de ella para componer un extraño texto vanguardista presentado como una novela de no ficción.
“Es cierto, en principio, que la novela es una ficción pero para mí la novela es, ante todo, el género de la libertad absoluta”, se explicó Cercas. “ Esta es la genialidad de la novela”, concluyó.
Una novela universal
Aunque El Impostor está ambientada en España y abunda en la revisión de su memoria histórica tiene, como no podría ser de otro modo, pretensiones de universalidad, puesto que habla de “nuestra capacidad de enmascararnos, de falsificarnos, de nuestra necesidad de ser aceptados por los demás, y eso no es español”, dijo Cercas, quien señaló que tenía una “sensación muy agradable” por el hecho de haber sido premiado en China, una cultura muy diferente a la española pero que sabrá reconocer el carácter universal de lo que Cercas ha querido contar.