Patrimonio cultural inmaterial de China: el farol de Beijing

El farol de China tiene una historia de más de mil 800 años. Es uno de los adornos festivos más importantes, quienes lo cuelgan a la entrada de su casa lo hacen para expresar la alegría y el júbilo que siempre acompañan a las fiestas. Los faroles producidos en diferentes partes del gigante asiático muestran características distintas. Pero uno de los que más destaca por sus cualidades es “El farol de Beijing”, el cual ha sido incluido en la lista de Patrimonios Culturales Inmateriales de Nivel Nacional de China.

El Templo de Confucio de Nanjing, decorado con faroles.

En el poblado Xigu, en el distrito Pinggu, en el este de Beijing, se encuentra un centro de fabricación de faroles que ocupa unos dos mil metros cuadrados de superficie. Es el taller de Li Banghua, heredero de la artesanía de “El farol de Beijing”, quien nos explica que este arte ha sido transmitido de generación en generación, manteniendo estrictamente las técnicas antiguas durante siglos. La artesanía se caracteriza por tener materias primas de alta calidad, gran variedad de modelos, trabajo fino y detallado, y un profundo sentido cultural.

“Beijing ha sido la capital de seis dinastías en la historia china. En cada una de ellas surgieron numerosos artesanos hábiles, quienes después de haber aprendido las técnicas y experiencias de fabricación de faroles de otros lugares, formaron poco a poco un arte típico y particular, que se distinguía por su lujo y majestuosidad, un estilo adaptado a las exigencias de la corte imperial. Se elegían buenas materias primas, se elaboraban con altas técnica y habilidades”, dijo Li.

Li Banghua pintando en un farol.

Li Banghua nació en una familia de artesanos. Desde niño ya se interesaba por las bellas artes y la artesanía tradicional. Luego aprendió la fabricación de “El farol de Beijing” del gran maestro de este arte, Li Dongxue, diseñador de los faroles colgados en la Puerta de Tian´anmen. Durante decenas de años se dedicaba a la elaboración de la artesanía. Hoy día, tiene una docena de discípulos, y su taller ofrece empleo a un centenar de campesinos del local.

Todos los faroles producidos en el taller de Li Banghua son hechos a mano, según las técnicas tradicionales. En él hay decenas de modelos diferentes, pero destacan los movibles como el llamado “esqueleto”, elaborado con alambres de hierro que permiten realizar movimientos vívidos de los animales y humanos.

Según Li, la fabricación de faroles es una tarea dura y difícil que debe hacerse concienzuda y meticulosamente. Por ejemplo, un famoso modelo de farol llamado “El homenaje de los cien pájaros al ave fénix” lleva unos diez mil puntos de soldadura.

La obra "Farol de peces libres" diseñada entre Li Banghua y Wang Ke.

Además de heredar las técnicas tradicionales, Li, sus colegas y discípulos también buscan renovar. Antes, los faroles se iluminaban con velas, y era fácil provocar incendios. Más tarde, se empezó a utilizar luz eléctrica. Li Banghua hizo una renovación revolucionaria al usar la tecnología LED, electricidad de baja temperatura, que cambia el voltaje usual de 220 vatios por 3 vatios. De esta manera, quedó resuelto el problema de la seguridad, y se ahorró energía. Esta tecnología facilitó la realización de grandes fiestas que necesitaban numerosos faroles. Por otro lado, Li inventó técnicas especiales que garantizan que los colores del farol no se pierdan bajo lluvia. En las ocasiones en que los faroles se exhiben al aire libre, estas técnicas son sumamente útiles y prácticas.

Actualmente, el diseño de “El farol de Beijing” ya no se concentra solamente en los temas tradicionales, como animales y flores. En 2008, con motivo de la celebración del sexagésimo aniversario de la fundación de la República Popular China, Li y sus discípulos fabricaron varios faroles: “El espíritu de la nación”, que refleja el deseo sobre la reunificación de la parte continental de China con Taiwán; “El homenaje de los cien pájaros al ave fénix”, que simboliza la unión de las 56 etnias que forman la nación china; “Riqueza y buen augurio”, que expresa los buenos deseos de los chinos a la patria, entre otros. Estas obras han ganado varios premios.

Últimamente, el arte de “El farol de Beijing” enfrenta serios desafíos. Por un lado, la fabricación de faroles es una habilidad difícil para manejar; por otro, sólo se utilizan durante un período muy corto del año, por lo que los ingresos de los artesanos son relativamente bajos. Atraer a más jóvenes a aprender y dedicarse a esta artesanía es una de las principales preocupaciones de los maestros como Li Banghua, quien espera que en su taller, donde se busca producir artesanías con colores modernos, puedan admitir a más chicos, con la finalidad de transmitirles el antiguo arte: “Como heredero de ´El farol de Beijing´, es mi responsabilidad difundir las técnicas tradicionales. Deseo enseñar a más gente cuando mi edad me lo permita, para que este arte no se pierda en nuestra generación. Es un arte que se ha pasado de generación en generación a lo largo de más de mil años. Siento esta gran responsabilidad. Hay que cumplirla. El farol es símbolo de la iluminación. También debe ser símbolo del futuro”.

El farol de China tiene una historia de más de mil 800 años. Es uno de los adornos festivos más importantes, quienes lo cuelgan a la entrada de su casa lo hacen para expresar la alegría y el júbilo que siempre acompañan a las fiestas. Los faroles producidos en diferentes partes del gigante asiático muestran características distintas. Pero uno de los que más destaca por sus cualidades es “El farol de Beijing”, el cual ha sido incluido en la lista de Patrimonios Culturales Inmateriales de Nivel Nacional de China.

El Templo de Confucio de Nanjing, decorado con faroles.

En el poblado Xigu, en el distrito Pinggu, en el este de Beijing, se encuentra un centro de fabricación de faroles que ocupa unos dos mil metros cuadrados de superficie. Es el taller de Li Banghua, heredero de la artesanía de “El farol de Beijing”, quien nos explica que este arte ha sido transmitido de generación en generación, manteniendo estrictamente las técnicas antiguas durante siglos. La artesanía se caracteriza por tener materias primas de alta calidad, gran variedad de modelos, trabajo fino y detallado, y un profundo sentido cultural.

“Beijing ha sido la capital de seis dinastías en la historia china. En cada una de ellas surgieron numerosos artesanos hábiles, quienes después de haber aprendido las técnicas y experiencias de fabricación de faroles de otros lugares, formaron poco a poco un arte típico y particular, que se distinguía por su lujo y majestuosidad, un estilo adaptado a las exigencias de la corte imperial. Se elegían buenas materias primas, se elaboraban con altas técnica y habilidades”, dijo Li.

Li Banghua pintando en un farol.

Li Banghua nació en una familia de artesanos. Desde niño ya se interesaba por las bellas artes y la artesanía tradicional. Luego aprendió la fabricación de “El farol de Beijing” del gran maestro de este arte, Li Dongxue, diseñador de los faroles colgados en la Puerta de Tian´anmen. Durante decenas de años se dedicaba a la elaboración de la artesanía. Hoy día, tiene una docena de discípulos, y su taller ofrece empleo a un centenar de campesinos del local.

Todos los faroles producidos en el taller de Li Banghua son hechos a mano, según las técnicas tradicionales. En él hay decenas de modelos diferentes, pero destacan los movibles como el llamado “esqueleto”, elaborado con alambres de hierro que permiten realizar movimientos vívidos de los animales y humanos.

Según Li, la fabricación de faroles es una tarea dura y difícil que debe hacerse concienzuda y meticulosamente. Por ejemplo, un famoso modelo de farol llamado “El homenaje de los cien pájaros al ave fénix” lleva unos diez mil puntos de soldadura.

La obra "Farol de peces libres" diseñada entre Li Banghua y Wang Ke.