El arte de arreglo floral
El arreglo floral consiste en el arreglo de las flores en contenedores tales como botellas, platos y barreños (no se trata de plantar flores). El material a utilizarse puede ser cualquier parte de la planta, excepto la raíz: ramas, flores u hojas. Se crea una forma graciosa utilizando estos materiales -bajo cierta concepción y reglas artísticas, para destacar algún tema principal, transmitir algún sentimiento y deleite de la vida, a fin de brindarles a los apreciadores agrados espirituales.
El arreglo de flores es un fenómeno antiguo de la etnia Han de China. Fue utilizado para satisfacer las demandas emocionales, y también se trató de una manera de recreación especial en la vida cotidiana. Los Han de la antigüedad amaban las flores: las plantaban, las apreciaban, las recogían, las llevaban en el pecho y las utilizaban como horquillas. De estas tradiciones nació este arte.
La aparición de la idea y el nacimiento del embrión primero del arreglo floral en China data de hace dos mil años. En la dinastía Tang, esta arte se popularizó en la corte real, y se solían poner las flores ante los budas en los templos. En la dinastía Song, el arreglo de flores se extendió a la gente común, especialmente atrayendo a los literatos. Existen muchas obras poéticas sobre la apreciación del arreglo floral, escritas en distintas dinastías. El arreglo floral del estilo oriental destaca la naturaleza y aboga la utilización de líneas exquisitas y la conservación de la postura natural del material. La composición y disposición, a través de la distribución sutil de los distintos elementos, da frescura, elegancia y fluidez a la obra. Según la postura y característica de crecimiento de las plantas, se pueden arreglar de forma vertical, inclinada o colgante.
Una obra de arreglo floral exitosa, no necesariamente exige materiales vegetales preciosos ni contenedores caros. Un simple capullo, las flores u hierbas que crecen al lado del camino, e incluso las frutas y verduras, pueden servir para la creación de una obra agradable. La única meta del artesano es la resonancia emocional con espectadores de la obra. De otra manera, el trabajo perderá su valor.
La reacción sentimental que produce un arreglo floral depende de tres factores: primero, la concepción que determina la temática de la obra y los materiales que se utilizan; segundo es la composición, la disposición de la forma integral para exponer la belleza de los distintos materiales; tercero, el contenedor, que tiene que ser acorde según los dos puntos anteriores.
Para los chinos, el arte de arreglo floral representa la armonía entre el universo y los seres humanos. Con las flores como protagonistas, en los pequeños contenedores, se crea un pequeño mundo que refleja lo maravilloso del universo. A continuación presenciamos una obra de arreglo floral.
Está arreglada al estilo libre. Se emplean los abundantes elementos de punto, recta, curva, plano, y bloque. En la parte superior se extiende hacia un lado, para ampliar el alcance y dotarle de gran vitalidad. Abajo las ramas concurren detrás de las capas de hojas verdes, para unir el ímpetu en un punto. En general, los materiales rompen los grillos de la cesta, sin parecer demasiado desaforados.
Con la existencia de semejante obra en la mesa, si bien hace un día invernal con frío glacial afuera, en esa esquina del interior, se siente el calor acogedor de la primavera.
(Referencia: http://www.lifeweek.com.cn/2014/1223/45480.shtml)
El arreglo floral consiste en el arreglo de las flores en contenedores tales como botellas, platos y barreños (no se trata de plantar flores). El material a utilizarse puede ser cualquier parte de la planta, excepto la raíz: ramas, flores u hojas. Se crea una forma graciosa utilizando estos materiales -bajo cierta concepción y reglas artísticas, para destacar algún tema principal, transmitir algún sentimiento y deleite de la vida, a fin de brindarles a los apreciadores agrados espirituales.
El arreglo de flores es un fenómeno antiguo de la etnia Han de China. Fue utilizado para satisfacer las demandas emocionales, y también se trató de una manera de recreación especial en la vida cotidiana. Los Han de la antigüedad amaban las flores: las plantaban, las apreciaban, las recogían, las llevaban en el pecho y las utilizaban como horquillas. De estas tradiciones nació este arte.
La aparición de la idea y el nacimiento del embrión primero del arreglo floral en China data de hace dos mil años. En la dinastía Tang, esta arte se popularizó en la corte real, y se solían poner las flores ante los budas en los templos. En la dinastía Song, el arreglo de flores se extendió a la gente común, especialmente atrayendo a los literatos. Existen muchas obras poéticas sobre la apreciación del arreglo floral, escritas en distintas dinastías. El arreglo floral del estilo oriental destaca la naturaleza y aboga la utilización de líneas exquisitas y la conservación de la postura natural del material. La composición y disposición, a través de la distribución sutil de los distintos elementos, da frescura, elegancia y fluidez a la obra. Según la postura y característica de crecimiento de las plantas, se pueden arreglar de forma vertical, inclinada o colgante.
Una obra de arreglo floral exitosa, no necesariamente exige materiales vegetales preciosos ni contenedores caros. Un simple capullo, las flores u hierbas que crecen al lado del camino, e incluso las frutas y verduras, pueden servir para la creación de una obra agradable. La única meta del artesano es la resonancia emocional con espectadores de la obra. De otra manera, el trabajo perderá su valor.
La reacción sentimental que produce un arreglo floral depende de tres factores: primero, la concepción que determina la temática de la obra y los materiales que se utilizan; segundo es la composición, la disposición de la forma integral para exponer la belleza de los distintos materiales; tercero, el contenedor, que tiene que ser acorde según los dos puntos anteriores.
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