De profesión, trotamundos

2016-06-22 16:41:42
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Por GONG HAN

Deng Shen, una joven de la ciudad de Chengdu, domina cinco idiomas y ha viajado en los últimos años por más de 90 países y regiones valiéndose de pequeños trabajos en sus lugares de destino. A sus 27 años, gracias al billete “Round the World” de Star Alliance, se alista a emprender un viaje de un año que iniciará en Perú y que continuará por más de 30 países de Asia, África y América Latina. Durante esta travesía, Deng quiere entrar en contacto con la gente para conocer su modo de vida y sus ideas. Además, piensa elaborar un álbum de fotografías sobre protección ambiental, escribir un reportaje y ser voluntaria en África para cumplir así su sueño de haber viajado por 100 países.

Deng Shen durante su viaje de Kenia a Sudáfrica en diciembre de 2012.

Deng Shen durante su viaje de Kenia a Sudáfrica en diciembre de 2012.

El sueño de ver el mundo

Ese sueño suyo de viajar por el mundo tiene su origen en la escuela secundaria, donde su compañera de escritorio era una joven que, a sus 12 años, ya había viajado por ochos países de Europa, gracias a que su padre trabajaba para una empresa alemana. Deng Shen soñaba con viajar cada vez que su compañera le contaba algunas de sus anécdotas en un país exótico.

A los 20 años, Deng Shen se fue a estudiar ingeniería ambiental en una universidad alemana, gracias al programa educativo “2+2”, el cual no solo cubría los gastos de enseñanza, sino que permitía que los estudiantes trabajaran en sus momentos libres. De este modo, Deng Shen comenzó a hacer realidad su sueño de viajar primero por Alemania, pero después por Europa, Asia y África.

En los países musulmanes vestía ropa con mangas y pantalones largos, a pesar de la sofocante temperatura de 400 centígrados. Una vez casi fue arrastrada por la corriente en las cataratas Victoria, en África, y durante su estancia en la India supo lo que era viajar en un tren atestado. “En aquellas circunstancias, el solo hecho de respirar era toda una felicidad”.

Luego de algunos años de periplos, agarró más confianza. Hace tres años viajó a Lima a cursar un máster. Deng comenzó a aprender español y recorrió 30 países del continente americano. Después de visitar las siete maravillas del mundo moderno ha llegado a la conclusión de que la ciudadela de Machu Picchu, en Perú, es el lugar más hermoso, donde, además, se enamoró de la alpaca.

Un viaje económico

Deng, quien viaja siempre con un presupuesto limitado, asegura que sus gastos de viaje y de estadía ascienden a 40.000 yuanes al año, vale decir, un gasto similar al de un ciudadano chino promedio en alguna de las ciudades del país.

Antes de partir hacia un lugar, Deng trabaja para acumular una conveniente bolsa de viaje y, ya en el país de destino, busca diversos empleos. Ha sido camarera, guía, obrera, traductora, vendedora de maca, reportera de viajes, fotógrafa, etc.

“Como la situación económica de mi familia no fue buena durante mi niñez, me he acostumbrado a ahorrar mucho, a no excederme en los gastos y a no pedir dinero a mi familia”, dice Deng Shen. Su cuenta de ahorros no supera los 10.000 dólares.

Deng Shen se ha valido siempre del autostop para viajar por Europa, el Medio Oriente, América Central, Sudamérica, entre otras zonas del mundo. Una experiencia inolvidable fue cuando en un viaje al Medio Oriente conoció a una joven china de la provincia de Guangxi, con quien luego recorrió cinco países africanos valiéndose solo del autostop. Comenzaron en Kenia y continuaron por Tanzania, Zambia, Mozambique, hasta Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Una travesía de 8000 km en 62 automóviles distintos, incluida una patrulla policial.

Casi todos sus viajes trata de hacerlos en compañía de mujeres, pues la seguridad es un factor importante. “Cuando hago autostop me fijo si hay una mujer en el automóvil, así me siento más segura. Observo el modelo del carro y su mantenimiento para tener una idea del sector socioeconómico al cual pertenecen sus ocupantes. Cuando opto por el couchsurfing (red de viajeros que facilita un lugar donde pasar la noche), observo si los comentarios de los usuarios son buenos. Si es la casa de una familia de tres o cuatro miembros, me siento más segura”, asegura.

Deng Shen junto con niños mexicanos en noviembre de 2015.

Deng Shen junto con niños mexicanos en noviembre de 2015.

Ver lo que otros no ven

El couchsurfing le ha permitido a Deng Shen no solo ahorrar en gastos de alojamiento, sino también conocer la vida cotidiana en diferentes lugares del mundo. Cuando no viaja, ella hospeda también a otros usuarios del couchsurfing. Deng ha podido acercarse a numerosas familias felices y, al mismo tiempo, a gente de diversas aficiones: desde aquellos a los que les gusta andar desnudos por la casa, hasta un ingeniero que solía vestirse de mujer.

Durante su permanencia de unos meses en Jordania, Deng participó en programas de protección de pantanos en Asia Occidental y el mar Muerto. Durante su estadía en Perú, cuidó leones marinos como voluntaria y, además, visitó a las comunidades indígenas que habían perdido sus tierras por un proyecto minero, con el fin de brindarles asesoría en cuanto a la protección de sus derechos. Ella espera trabajar en el futuro para la Unesco u organizaciones no gubernamentales.

“Viajar consiste en ver lo que no ha sido contemplado, oír a quienes no han sido escuchados. Observar la vida de las personas nos ayuda a ser más tolerantes. Todo ello es crecimiento”, manifiesta.

Mientras viajaba por Turquía recibió una llamada del dueño de la vivienda que alquilaba en Alemania, quien le dijo que, extrañamente, sus dos maletas “habían sido llevadas por la Cruz Roja”. La noticia le cayó como un rayo en cielo sereno, pues en aquellas dos maletas estaban casi todas sus pertenencias, incluidos libros, ropa, utensilios y documentos de identidad. Afortunadamente, el equipaje fue recuperado, pero la ansiedad continuó varios días. “Uno no toma conciencia de las cosas verdaderamente importantes hasta que sabe que lo ha perdido todo”, afirma Deng.

De regreso en Alemania, Deng Shen obtuvo sus maletas y se quedó solo con las cosas que realmente necesitaba. Todo lo demás fue regalado a sus amigos o donado. Después de ello, todos sus bienes entraban en una sola maleta de 20 kilos, la cual carga en todos sus viajes y empaca en apenas veinte minutos. “Si algún día perdieras todo lo que te pertenece, ¿qué es lo que más quisieras recuperar? Si algún día viajaras a pueblos lejanos, ¿qué sería lo que quisieras llevar? ¿La ropa, los zapatos bonitos, los artículos de lujo tienen sentido?”, se pregunta ahora Deng Shen.

Mayo de 2012, Deng Shen en una boda en la India.

Mayo de 2012, Deng Shen en una boda en la India.

Financiación colectiva

Viajar por todo el mundo, usando el billete especial que ofrecen las aerolíneas, es un sueño que siempre tuvo Deng Shen. En 2015, al graduarse del máster, la idea volvió a su mente, pero el presupuesto de 100.000 yuanes le hizo pensarlo dos veces. Ante tales circunstancias, sus amigos le recomendaron recurrir a la financiación colectiva (crowdfunding, en inglés).

A principios de junio de 2015, Deng Shen escribió un artículo titulado 88 cosas que debes hacer al viajar por el mundo, con el que inauguró su pedido de financiación colectiva. Ella propuso seis límites de dinero: 8 yuanes, 28 yuanes, 88 yuanes, 288 yuanes, 888 yuanes y 2888 yuanes. Los premios que ofrecía variaban según la categoría: souvenirs de otros países, tarjetas postales, naipes con fotografías tomadas por ella, así como un libro de viajes que está por terminar. Deng, asimismo, elaborará folletos de viajes privados y servirá como guía a quienes la patrocinen con 2888 yuanes. También les brindará fotografías, videos o, de solicitárselo, trabajos de investigación de mercado.

Deng Shen recibió unas cien donaciones por un total de 20.000 yuanes, cifra superior a la esperada, así como otras dos donaciones de 20.000 yuanes por parte de una cadena de casas de empeño de Guangzhou y una empresa de juguetes. La primera quería que Deng visitara casas de empeño durante sus viajes, investigara el mercado e hiciera un informe sobre la situación del sector en diferentes países. La segunda esperaba que ella investigara el mercado de fabricación de muebles en América Latina y que escribiera un análisis sobre ello. Gracias a la financiación colectiva, Deng ha recibido ya 90.000 yuanes en total, 40.000 de los cuales serán empleados para adquirir el billete directo de viaje por el mundo.

“Agradezco mucho la ayuda de todos. Si alguien me necesita en el futuro, yo también lo ayudaré. Quisiera reunir a otras jóvenes para que viajemos juntas”, manifiesta.

Viajar no solo ha permitido a Deng Shen seguir ampliando sus conocimientos del mundo, sino que le ha hecho descubrir su futuro. “Hay gente que toma un viaje como una manera de evadir la realidad, pero para mí ha significado encontrarme a mí misma”, indica.

Por GONG HAN

Deng Shen, una joven de la ciudad de Chengdu, domina cinco idiomas y ha viajado en los últimos años por más de 90 países y regiones valiéndose de pequeños trabajos en sus lugares de destino. A sus 27 años, gracias al billete “Round the World” de Star Alliance, se alista a emprender un viaje de un año que iniciará en Perú y que continuará por más de 30 países de Asia, África y América Latina. Durante esta travesía, Deng quiere entrar en contacto con la gente para conocer su modo de vida y sus ideas. Además, piensa elaborar un álbum de fotografías sobre protección ambiental, escribir un reportaje y ser voluntaria en África para cumplir así su sueño de haber viajado por 100 países.

Deng Shen durante su viaje de Kenia a Sudáfrica en diciembre de 2012.

Deng Shen durante su viaje de Kenia a Sudáfrica en diciembre de 2012.

El sueño de ver el mundo

Ese sueño suyo de viajar por el mundo tiene su origen en la escuela secundaria, donde su compañera de escritorio era una joven que, a sus 12 años, ya había viajado por ochos países de Europa, gracias a que su padre trabajaba para una empresa alemana. Deng Shen soñaba con viajar cada vez que su compañera le contaba algunas de sus anécdotas en un país exótico.

A los 20 años, Deng Shen se fue a estudiar ingeniería ambiental en una universidad alemana, gracias al programa educativo “2+2”, el cual no solo cubría los gastos de enseñanza, sino que permitía que los estudiantes trabajaran en sus momentos libres. De este modo, Deng Shen comenzó a hacer realidad su sueño de viajar primero por Alemania, pero después por Europa, Asia y África.

En los países musulmanes vestía ropa con mangas y pantalones largos, a pesar de la sofocante temperatura de 400 centígrados. Una vez casi fue arrastrada por la corriente en las cataratas Victoria, en África, y durante su estancia en la India supo lo que era viajar en un tren atestado. “En aquellas circunstancias, el solo hecho de respirar era toda una felicidad”.

Luego de algunos años de periplos, agarró más confianza. Hace tres años viajó a Lima a cursar un máster. Deng comenzó a aprender español y recorrió 30 países del continente americano. Después de visitar las siete maravillas del mundo moderno ha llegado a la conclusión de que la ciudadela de Machu Picchu, en Perú, es el lugar más hermoso, donde, además, se enamoró de la alpaca.

Un viaje económico

Deng, quien viaja siempre con un presupuesto limitado, asegura que sus gastos de viaje y de estadía ascienden a 40.000 yuanes al año, vale decir, un gasto similar al de un ciudadano chino promedio en alguna de las ciudades del país.

Antes de partir hacia un lugar, Deng trabaja para acumular una conveniente bolsa de viaje y, ya en el país de destino, busca diversos empleos. Ha sido camarera, guía, obrera, traductora, vendedora de maca, reportera de viajes, fotógrafa, etc.

“Como la situación económica de mi familia no fue buena durante mi niñez, me he acostumbrado a ahorrar mucho, a no excederme en los gastos y a no pedir dinero a mi familia”, dice Deng Shen. Su cuenta de ahorros no supera los 10.000 dólares.

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