Paladar chino : la culinaria de China de noreste de China 2

2019-11-29 16:00:15
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El arte culinario chino figura entre los más complejos del mundo, el vasto territorio de nuestro país abastece a la rica gastronomía local de diversos y exóticos ingredientes.

Tras, aproximadamente, cinco milenios de historia, la cultura china ha desarrollado multitud de disciplinas consideradas artísticas, como la poesía, la literatura, los ritos, la cortesía, la música, el qin, el ajedrez chino, la caligrafía o el dibujo tradicional. Pero, además de ellas, también es digna de mención la excepcional cultura culinaria del país, pues, no en vano, una gran cantidad de sus platos gozan ya de una enorme popularidad en todo el planeta. Debido a la ubicación geográfica de cada una de sus regiones y a los diferentes contextos y ambientes que coexisten su gastronomía, transmitida de generación en generación, presenta diversas características en cada uno de sus rincones. Al hablar del noreste de China, lo primero que se nos viene a la mente es su singular posición geográfica, compartida por tres provincias: Heilongjiang, Jilin y Liaoning y la parte oriental de Mongolia Interior. Su norteña localización le confiere un clima monzónico continental templado, caracterizado por la existencia de cuatro estaciones muy diferenciadas. Sin embargo, es su invierno, con sus copiosas nevadas y sus paisajes cubiertos por una espesa capa blanca, el que destaca sobre los demás para alzarse como su más célebre distintivo.

Otro de los platos más típicos del noreste es un tipo de guisado denominado luandun (乱炖), en el que se mezclan de forma arbitraria diferentes ingredientes. Su elaboración consiste en el corte despreocupado, a veces incluso con las manos, de las verduras más típicas del noreste de China como berenjenas, pimientos, judías, tomates, patatas y otras, para luego introducirlas en una olla, cocinarlas durante un breve periodo de tiempo a fuego alto y, posteriormente, continuar a fuego lento. Se trata de un plato muy sencillo, pero a la vez muy heterogéneo, en el que los ingredientes se mezclan sin seguir ningún tipo de pauta para representar con gran fidelidad el carácter cándido, franco y directo de un pueblo que se decanta por una vida informal, exenta de preocupaciones por asuntos sin importancia. En el noreste, un banquete no puede considerarse completo sin verduras guisadas. Dispuestos sobre la mesa, todo tipo de grandes cuencos e incluso ollas actúan como representantes del estilo de vida de la región. Sus gentes suelen vivir en comunidad y adoran los valores y la convivencia familiar. Alcanzada la vejez, el mayor deseo de los ancianos es, precisamente, poder rodearse de sus descendientes para celebrar la prosperidad y la felicidad de sus extensas familias. Llegado un día festivo o el cumpleaños de un anciano, sus familiares se reúnen para conversar y compartir sus más divertidas experiencias. Son comportamientos que, además de encarnar el carácter afable y afectuoso de estas personas, también muestran su devoción por los mayores y su profunda piedad filial. La gastronomía es, por sí misma, un exponente de la cultura y la copiosidad de los alimentos que conforman los banquetes es, a menudo, un indicador de la felicidad y el bienestar de los habitantes de una región concreta. La felicidad de las personas que habitan el noreste de China se asemeja a sus platos guisados en aquello simple, real, honesto y en el hecho de que, de la misma forma en que lo hace el aroma de sus ingredientes, esta también se ha extendido de forma silenciosa a lo largo del tiempo para nutrir a todas y cada una de las generaciones que han formado parte de este pueblo.


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