Antes de continuar: XIE XIE. Maravillloso el viaje, maravilloso el ambiente y mejor aún la gente que ha hecho posible esa experiencia tan enriquecedora y humana. Ruego aceptéis mis más sinceros agradecimientos y los hagáis extensivos a toda la redacción y responsables de CRI. Ahora toca el momento de las reflexiones tras el largo viaje desde que salimos de Zhongwei y pude llegar a casa, donde curiosamente la lluvia y el mal tiempo me estaban esperando.

Un abrazo a todos.

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Como había escrito en la anterior entrega, el final se estaba haciendo inevitable. Parece que todos pensábamos en lo mismo, el día comenzaba algo más en silencio y eso se hizo patente en toda la jornada hasta llegar a Beijing.

Pero el día y las experiencias no habían finalizado, eso sucedería en un entorno que, semanas antes, había tenido la oportunidad de visionar en casa de mi hermano cuando me dejó conectado con CCTV y un fabuloso programa sobre ornitología que hablaba de las aves que utilizaban la zona acuática del Lago de Arena en su largo viaje migratorio hacia la extensa estepa siberiana. Es invierno, hace mucho frío, no tenemos aves pero sí un excelente Museo inspirado en las zonas húmedas y un parque de atracciones que prácticamente permite disfrutarlo todo el año, teniendo en cuenta la climatología característica de cada estación. La experiencia de la nieve, las esculturas en arena, donde la gigantesca sirena sobresalía (quizá porque me recordaba al gran Andersen danés y su literatura danesa para niños) sobre el resto del entorno. Preciosa imagen que, frente al gigantesco lago helado y el gran trozo de arena en ese entorno acuático creaba la sensación de estar en un mundo equivocado, pero esa es la realidad de esta zona lacustre en una zona de ensueño.

Seguramente cuando todo el entorno esté acabado, la gigantesca instalación de ocio que se perfila en estas lejanas tierras del Noroeste de China no dejarán indiferente al visitante. Una nueva oportunidad de hacer del entorno algo que puede ser disfrutado gracias a esa gigantesca imaginación de los que no se conformaron con someterse totalmente al destino de la naturaleza en una zona que, prácticamente, en todos los libros sobre aspectos físicos de la Tierra, siempre me encontré como inhóspita. ¡Qué equivocados que estaban y qué gran lección al poder aliarse con el entorno para crear no sólo riqueza natural para los habitantes de la zona, sino valor añadido para la totalidad de la provincia y del país en general!

Fascinante, Fabuloso, Fantátisco. ¡Será imposible olvidar esta experiencia!