Durante la inmersión de más de nueve horas, el Jiaolong llegó a una profundidad de 2.424 metros en mar abierto y probó un vehículo submarino operado por control remoto a bordo del sumergible.
El Jiaolong también tomó muestras de sedimentos y agua, y estudió la microtopografía del fondo marino a través de los sistemas de sónar.