¿Quién ejerce la "coerción económica"? Miren lo que está haciendo EE. UU.

CRI 2023-05-15 10:28:22
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La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet L. Yellen, pidió recientemente una acción coordinada contra la llamada "coerción económica" de China en una reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G7. Los hechos son la mejor prueba de quién es un veterano de la coerción económica y quién es la víctima.

En lo que respecta a la "coerción" en las relaciones internacionales, el concepto en sí fue inventado y ha sido practicado por Estados Unidos, que introdujo por primera vez el concepto de "diplomacia coercitiva" en 1971 por mano de Alexander George, profesor de la Universidad de Stanford, para describir la política estadounidense hacia Laos, Cuba y Vietnam. El núcleo de este concepto es que Estados Unidos utiliza la amenaza de la fuerza, el aislamiento político, las sanciones económicas y el bloqueo tecnológico para obligar a otros países a realizar cambios de acuerdo con las exigencias estadounidenses, con el fin de maximizar el mantenimiento de la hegemonía de Estados Unidos.

Así pues, está claro que la coerción económica, como parte de la diplomacia coercitiva de Estados Unidos, es patrimonio exclusivo de este país. China siempre ha promovido la construcción de una economía mundial abierta y nunca ha ejercido la coerción económica, a la que se opone firmemente. El intento de EE. UU. de poner esta etiqueta a China es puramente una maniobra de mala intención. Como han señalado los analistas, la parte estadounidense quiere obtener una "moneda de cambio" de la nada en la cooperación y las negociaciones entre Estados Unidos y China en los ámbitos económico, comercial y financiero, y utilizar una acusación falsa para obligar a China a hacer concesiones.

El mundo exterior ha notado que los medios de comunicación estadounidenses han dando noticias de que EE. UU. anunciará normas sin precedentes sobre restricciones a la inversión en China en torno a la cumbre del G7 de este año, que abarcarán campos de alta tecnología como los semiconductores, la inteligencia artificial y la computación cuántica. Si la noticia es cierta, será otro ejemplo de la coerción económica de Estados Unidos contra China y de sus esfuerzos por frenar el desarrollo del país.

De hecho, el bloqueo tecnológico es el medio habitual de coerción económica por parte de EE. UU. En agosto de 2022 entró en vigor la Ley de Chip y Ciencia, con algunas disposiciones que restringen a las empresas la realización de actividades económicas, comerciales y de inversión normales en China. Las acciones de Estados Unidos, como generalizar el concepto de seguridad nacional y socavar la ecología de la industria mundial de semiconductores han sido ampliamente condenada con afirmaciones como: "El Gobierno estadounidense debe tener una definición clara de lo que es la seguridad nacional, y ser transparente y predecible". En cuanto a China, el mayor mercado mundial de venta de semiconductores, John Neufeld, presidente y director general de la Asociación de la Industria de Semiconductores, afirmó que las empresas estadounidenses del sector no pueden permitirse estar ausentes. Esta es la verdadera voz de la industria, y el gobierno estadounidense no debe hacer oídos sordos.

Para Estados Unidos, no hay amigos eternos, sólo intereses eternos. Al ejercer la coerción económica, Estados Unidos ni siquiera perdona a sus aliados. Históricamente, empresas de aliados de Estados Unidos como Toshiba de Japón, Siemens de Alemania y Alstom de Francia, que han desafiado los intereses estadounidenses, han sido invariablemente suprimidas por Estados Unidos.

Pronto se celebrará la cumbre del G7, y varios miembros de este pequeño círculo son víctimas de la coerción económica estadounidense. Si Estados Unidos tiene que incluir en la agenda de la cumbre "hacer frente a la coerción económica", les sugerimos que primero piensen en los actos estadounidenses y denuncien lo que hace, en lugar de ser ciegamente cómplices.

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