¿Realmente quién infringe las normas internacionales?

Varios medios de comunicación japoneses han informado recientemente de que la próxima cumbre del G7 en Japón pedirá a China que "acate" las normas internacionales. Esto ha dejado a la comunidad internacional confusa: ¿cuáles son las normas internacionales de las que hablan? Como malos estudiantes de reglas internacionales, ¿cómo están cualificados unos pocos países occidentales como Estados Unidos para acusar a China?

Cuando se trata de reglas internacionales, sólo hay un juego de reglas en el mundo, a saber, las normas básicas de las relaciones internacionales basadas en los propósitos y principios de la Carta de la ONU. Pero en boca de unos pocos países occidentales, representados por Estados Unidos, rara vez se oye hablar de la "Carta de la ONU". Hay una palabra muy frecuente en su vocabulario: "orden internacional basado en normas". Se trata de un término ambiguo que no existe en la Carta de la ONU, ni en las declaraciones adoptadas por los dirigentes en la ONU, ni en las resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad. El representante chino ha puesto en duda abiertamente en el Consejo de Seguridad: "¿En qué tipo de normas se basa el llamado "orden internacional basado en normas"? ¿Basado en reglas hechas por quién? ¿Cuál es la relación entre estas normas y el orden internacional?".

Hasta ahora, Estados Unidos y algunos otros países occidentales no han respondido claramente a esta serie de preguntas. ¿Tienen miedo de responder? ¿O simplemente son incapaces de responder? Algunos analistas han señalado que la razón por la que han hecho este concepto tan vago es que quieren "disfrazarlo" a su antojo. El concepto parece grandioso, pero en realidad es una hoja de parra para que el G7 interfiera en los asuntos internos de otros países, cree agitación mundial y se enzarce en enfrentamientos entre bandos, y es una "regla de familia" que traza líneas por su ideología y valores. Una regla así sirve a los intereses de unos pocos países, como Estados Unidos, y no a los intereses comunes de la comunidad internacional.

El principio de no injerencia en los asuntos internos es un principio importante de la Carta de las Naciones Unidas y una norma básica de las relaciones internacionales. Sin embargo, en los últimos años, Estados Unidos ha promovido la "Nueva Doctrina Monroe" en América Latina, ha instigado "revoluciones de colores" en Eurasia y ha instigado la "Primavera Árabe" en Asia Occidental y el Norte de África, llevando el caos y el desastre a muchos países. Las guerras de Afganistán, Irak y Siria, en las que Estados Unidos ha intervenido desde el siglo XXI, han creado un total de 27 millones de refugiados.

Este "intervencionismo" de Estados Unidos no perdona ni a sus aliados. Desde las revelaciones de Snowden en 2013 hasta la última filtración del Pentágono, se ha demostrado una y otra vez que Estados Unidos es la "potencia espía" y el "imperio de hacker" número uno del mundo, con escuchas secretas indiscriminadas a aliados como Alemania, Francia, Suecia, República de Corea, Israel y Ucrania. 

Además de esto, Estados Unidos también es adicto a la confrontación. En la región Asia-Pacífico, por ejemplo, desde el fortalecimiento de la "alianza de los cinco ojos" hasta la promoción del "mecanismo de los cuatro lados", pasando por la creación de la "asociación trilateral de seguridad" y el estrechamiento de las alianzas militares bilaterales, Estados Unidos ha puesto en marcha la formación "cinco-cuatro-tres-dos" con el objetivo de provocar la confrontación y mantener su propia hegemonía y ser un azote que perturba la paz y la estabilidad regionales.

La presencia militar ilegal de Estados Unidos en Siria se basa en el robo de petróleo y alimentos; Japón está forzando un programa de vertido de aguas contaminadas con energía nuclear... Tanto la historia como la realidad demuestran que Estados Unidos, Japón y otros países son los mayores infractores de las normas internacionales. Los asuntos del mundo deben ser tratados por medio de consulta entre todos, y no decididos por unos pocos países occidentales. ¿Quién infringe las normas internacionales? Este "pequeño círculo", lleno de enfrentamientos entre grupos, debe mirarse al espejo.