Después de más de doscientos años, ¿por qué el trabajo infantil en EE. UU. sigue siendo un "problema en las sombras"?

CRI 2023-05-12 17:14:15
Share
Share this with Close
LinkedIn

En el último número del New York Times sobre el trabajo infantil en Estados Unidos, aparece una foto de un chico inmigrante de 15 años mirando el móvil con las manos manchadas en un pequeño restaurante de comida rápida de Chicago, donde trabaja en el turno de noche en una empresa manufacturera. El trabajo infantil es un hecho que condena todo el mundo, pero sigue siendo una realidad estremecedora de la sociedad estadounidense.

Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, en 2022 millones de adolescentes estadounidenses trabajaron en los sectores de la agricultura, la restauración, el comercio minorista, el ocio y la construcción; la mayoría eran niños inmigrantes. Reuters informa que el trabajo infantil empleado ilegalmente en Estados Unidos ha aumentado casi un 70 % desde 2018.

Estados Unidos se jacta de ser un "faro de los derechos humanos", pero ¿por qué no ha sido capaz de iluminar a los menores obligados a trabajar en su país? Una razón importante es que existen lagunas en el sistema jurídico estadounidense.

En EE. UU., varias leyes sobre el trabajo infantil -la Ley Keating-Owen y la Ley de Normas Justas de Trabajo- fueron introducidas por el Gobierno estadounidense a principios del siglo pasado en respuesta a la presión en favor del progreso social. No prohibían el uso del trabajo infantil, sino que solo imponían algunas restricciones que daban un barniz de legalidad al uso de mano de obra infantil en algunas industrias.

Además, el bajo costo de infringir la ley y las multas leves han permitido a muchas empresas estadounidenses aprovecharse de la situación. Según la legislación estadounidense vigente, la sanción civil máxima por emplear ilegalmente a un trabajador infantil es de solo 15.000 dólares. Esto se suma al hecho de que los niños trabajadores protegidos son menores con ciudadanía estadounidense, y no incluye a los trabajadores indocumentados que no han obtenido un estatus oficial. Para la mayoría de las empresas estadounidenses, la ley no es motivo de preocupación, ya que es solo cuestión de pagar una pequeña cantidad de dinero. En particular, tras el estallido de la epidemia de la COVID-19, las empresas estadounidenses han hecho anuncios para contratar a menores con el fin de aliviar la escasez de trabajadores. Wisconsin y otros estados también han presentado proyectos de ley que permiten a los menores trabajar hasta altas horas de la noche, hasta las 23:00, lo que ha provocado un aumento del uso de mano de obra infantil.

Estados Unidos es un país capitalista fundado por inmigrantes, y los niños de los primeros inmigrantes generalmente trabajaban. El trabajo infantil fue especialmente frecuente durante la época en que la esclavitud imperaba en el sur y se traficaba con niños afrodescendientes en proporciones importantes. En 1791, Alexander Hamilton, entonces secretario del Tesoro estadounidense, afirmó que los niños podían ser una fuente de mano de obra barata. Se empleaba mano de obra infantil en las minas y granjas de Estados Unidos. Desde entonces y durante más de doscientos años, la explotación y opresión generalizadas producidas por el trabajo infantil en Estados Unidos han estado en la raíz de su pecado original de la esclavitud y han sido parte de la discriminación racial sistemática en Estados Unidos.

Los niños son la esperanza, el futuro y el grupo vulnerable que toda sociedad debe proteger. Pero en Estados Unidos, donde el capital se pone por encima de todo, se les trata obviamente como mano de obra barata. Hoy en día, Estados Unidos es el único país de los 193 miembros de la ONU que no ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño. Si un país ni siquiera puede proteger los derechos de los niños, ¿qué clase de "país civilizado" es y de qué clase de "derechos humanos" puede hablar? Cuando los políticos estadounidenses consumen productos obtenidos mediante el trabajo infantil forzado, al tiempo que señalan con el dedo la situación de derechos humanos en otros países, en realidad están revelando la hipocresía, el doble estándar y la "oscuridad bajo las luces" de los derechos humanos al estilo estadounidense.

Políticas de privacidad y uso de cookies

Al continuar navegando en este sitio web expresa su conformidad con el uso de cookies y con la política de privacidad revisada. Puede cambiar la configuración del uso de cookies en su navegador.
Estoy de acuerdo