Esta semana ha sido especialmente volátil para la economía argentina. La tasa de inflación interanual continúa en cifras superiores al 100 %. En un contexto de alta incertidumbre política y económica, la tasa de cambio del dólar paralelo se disparó un 13 %, y la brecha con el valor del dólar oficial superó el 100 %.
Después de las turbulencias financieras de la última semana, el debate en Argentina gira en torno a la dolarización de la economía. Pero en un intento de proteger las escasas reservas del Banco Central, el país anunció que pagará las importaciones provenientes desde China en yuanes en vez de dólares.
El ministro argentino de economía, Sergio Massa, anunció la medida el día 26 de abril junto con el embajador de China en Argentina, Zou Xiaoli. La decisión fue adoptada en un contexto económico de emergencia. Una sequía histórica ha diezmado los ingresos de divisas en la tercera economía de América Latina, y agudizó las presiones sobre las reservas del Banco Central de Argentina. En este contexto, los importadores argentinos enfrentan largas demoras para obtener divisas. El cambio a la utilización de yuanes acelerará el proceso de importación, y también le ahorrará al país más de 1.000 millones de dólares en abril y 700 millones de dólares en mayo, según las cifras del Gobierno argentino.
China es el segundo mayor socio comercial de Argentina después de Brasil, por lo que la medida tendrá un impacto importante en la economía. A su vez, constituye un hito en la internacionalización del uso del yuan.