Los países europeos confían en medidas de alivio como la limitación de los precios del petróleo ruso para defenderse de las amenazas de recesión. Los Estados miembros de la Unión Europea debatieron el pasado viernes nuevos topes de precios, pero no lograron alcanzar un consenso.
La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la Unión Europea, ha propuesto un tope de 100 dólares por barril para el diesel ruso y otro de 45 dólares para productos rebajados como la gasolina. La propuesta, defendida también por el Grupo de los Siete, será revisada esta semana. Si sale adelante, entrará en vigor el 5 de febrero.
La medida llega después de que las facturas alemanas por importación de crudo aumentaran más del doble que hace un año y otros países de la UE se apresuraran a abastecerse de petróleo ruso antes de que entren en vigor las nuevas sanciones.
En diciembre de 2022 se impuso al crudo ruso un tope de precio de 60 dólares por barril, y Rusia prometió cortar el suministro a los países que aceptaran tales sanciones a partir del 2 de febrero.