¿Cómo salir de la convulsión política y social que asfixia al Perú?

La prolongada crisis política que atraviesa el Perú ha sido tema de debate en los últimos días en diversos foros internacionales como la reciente cumbre de la CELAC y causa de preocupación en la comunidad regional y mundial. Lo que muchos se preguntan es, ¿qué pasa en el Perú?, ¿cómo se explica la fragilidad de sus instituciones y qué salidas a la vista tiene esta crisis política y social que no parece tener fin? 

El 4 de enero de 2023, luego de dos semanas de tregua tras la llegada de las festividades de navidad y año nuevo, la agitación social nuevamente tomó fuerza en distintas regiones del Perú. Una ola de protestas sacudió sobre todo las regiones andinas del sur del país y ciudades como Puno, Juliaca, Cuzco o Arequipa fueron escenario de manifestaciones violentas y en muchos casos, actos de vandalismo. Ante esta situación, la policía nacional respondió, aunque con la indicación clara de parte de la presidenta Boluarte, de no hacer uso excesivo de la fuerza. En los días siguientes, las protestas se extendieron con más fuerza y violencia en otras ciudades del país sudamericano. Ante esta situación, algunos analistas señalan que, a diferencia de otras manifestaciones con reivindicaciones sociales, las recientes marchas responden a una agenda eminentemente política. 

"Este conflicto que estamos viviendo en Perú es un conflicto diferente a los conflictos sociales que tuvo el Perú por más de 20 años. Este es un conflicto, podríamos decir, estrictamente político. La agenda que tiene la gente no es una agenda reivindicativa de derechos sociales o inclusivo de derecho económicos, por ejemplo, los conflictos con el sector minero, que caracterizó más o menos 20 años los conflictos en el Perú. Este es más bien un conflicto de carácter político. La agenda tiene claramente destitución de la presidenta, nueva constitución, cierre de congreso", dijo José Ventura, docente de Marketing y Social Business de la Universidad ESAN.

Para el historiador Gustavo Montoya, lo que se cuestiona hoy en Perú no es una ideología política, ni una posición de derecha, centro o izquierda, sino más bien todo el modelo de democracia representativa que existe desde el nacimiento de la República.

"Y lo que se está observando, me parece, es un movimiento social profundamente democrático, casi una revolución democrática y acá viene la explicación estructural. Son fundamentalmente los pueblos del sur andino, pero también en la sierra, en Ayacucho, el Cusco, los que han gatillado, han comenzado a cuestionar, nada más y nada menos que la soberanía del estado republicano", manifestó Gustavo Montoya, historiador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

En lo que ambos expertos coinciden es que esta nueva manifestación de descontento social recién comienza, y que posiblemente tenga nuevos episodios y protagonistas en los sucesivos días. ¿Pero cómo encontrar una salida o por lo menos vislumbrar la calma ante toda esta convulsión social? 

"Las dos posiciones están totalmente cerradas, no hay manera. Entonces hay que crear una posición intermedia. Esta idea de los intelectuales o académicos, que en algún momento tenemos que dejar de ser tan académicos y comenzar a ser más activos en el diálogo, para, bajo una perspectiva empática entender lo que está diciendo un lado y otro lado. Ambos tienen razón. El tema es cómo llegamos a ciertos consensos. Yo creo que la clase política ya no logra ese diálogo, creo que deben ser otras instituciones que tienen mejor prestigio, por ejemplo, la iglesia, que no tiene el mejor prestigio, pero si más que muchas instituciones, por ejemplo, la defensoría del pueblo. Y algo que es muy interesante y que no hemos aprovechado, el liderazgo de los gobiernos regionales", expresó José Ventura.

Pese a la tormenta política y social, la economía peruana continúa siendo estable desde hace casi 3 décadas. En tal sentido, el sector empresarial y las cámaras de comercio podrían cumplir un papel clave como canales de diálogo para una eventual salida de la crisis.

La presidenta Dina Boluarte pidió hace poco a los protagonistas de las protestas una tregua política para activar los mecanismos que conduzcan a un diálogo. Pero al parecer, esta crisis de dimensiones históricas y con actores bastante deslegitimados no parece tener una pronta solución. Habrá que ver qué sucede en los próximos días.