Los supuestos beneficios del trato discriminatorio a turistas chinos no compensan las pérdidas que ocasiona

CRI 2023-01-18 20:17:54
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A medida que China entra en una nueva fase de prevención y control de la pandemia, la comunidad internacional ha acogido con satisfacción, en general, que se facilite la circulación de personas entre China y otros países. Por ejemplo, los medios de comunicación informaron de la bienvenida a los turistas chinos en el aeropuerto internacional de Bangkok por parte de altos funcionarios, incluido el vice primer ministro de Tailandia. Sin embargo, algunos países han desafiado a la ciencia y a los hechos adoptando restricciones discriminatorias de entrada para los viajeros chinos, lo que perturba la cooperación mundial contra la pandemia. China ha respondido igualmente según la situación real, tanto para salvaguardar los derechos e intereses legítimos de sus ciudadanos como para mantener el entorno necesario para la interacción y cooperación normales entre los países.

Entre los pocos países que tratan a los turistas chinos de forma discriminatoria están Estados Unidos, Japón y la República de Corea. Estados Unidos introdujo medidas restrictivas a la entrada de turistas chinos a partir del 5 de enero. Japón impuso nuevos requisitos a los viajeros procedentes de China a partir del 8 de enero. La República de Corea anunció la suspensión de los visados de corta duración para los ciudadanos chinos que visitaran ese país entre el 2 y el 31 de enero, y suspende los planes de vuelos que despegan de China.

Japón y la República de Corea son vecinos cercanos con fuertes lazos económicos y no hay razón para que no acojan la reanudación de los intercambios normales entre personas. Pero no es casualidad que, como grandes aliados de EE. UU. en Asia, se hayan unido a este país en la adopción de medidas restrictivas contra los turistas chinos en el contexto de la intensificación de la promoción estadounidense de la llamada "estrategia Indo-Pacífica". Sus excusas de "prevención científica de la pandemia" y "protección de los nacionales" no pueden ser pesadas.

En primer lugar, las estrictas medidas de prevención de la pandemia adoptadas por China en los últimos tres años en respuesta a la situación pandémica no sólo han mantenido el número de casos de infección en el país en un nivel muy bajo, sino también han contribuido a detener la propagación de la pandemia en todo el mundo. Desde el 8 de enero, China ha optimizado su política de prevención de la pandemia y, aunque se mantiene el requisito de la prueba de ácido nucleico 48 horas antes del viaje a China, sigue estando abierta a todos los visitantes a China y no es discriminatoria en modo alguno.

En segundo lugar, con el cambio en la política china de prevención de la pandemia desde diciembre del año pasado, el número de infecciones ha aumentado inevitablemente a corto plazo, pero la situación pandémica es en general controlable. El punto álgido de la pandemia ya ha pasado sin problemas en muchas partes de China, y la vida y el trabajo vuelven poco a poco a la normalidad.

De hecho, ¿cuánto riesgo supone la llegada de turistas chinos para países como Japón y República de Corea? Sus responsables políticos lo saben muy bien. Los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar de Japón muestran que la tasa de positivos en las pruebas de aterrizaje para detectar nuevo coronavirus entre los viajeros procedentes de China fue del 3 % en la semana que finalizó el 12 de enero. Según la agencia de noticias Yonhap, la tasa global positiva de las pruebas de aterrizaje de los visitantes de corta duración procedentes de China que entran en la República de Corea ha seguido disminuyendo desde el 5 de enero, hasta caer al 5,5 % el 9 de enero.

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