Las autoridades de la República de Corea han solicitado la imputación de 23 funcionarios por homicidio involuntario y negligencia entre otros cargos en el caso de la estampida ocurrida en la noche de Halloween en Seúl. Se les responsabiliza de la falta de medidas de seguridad que provocó la muerte de 159 personas en el incidente.
Después de dos meses de investigación, la policía ha determinado que las autoridades pertinentes fracasaron en la evaluación precisa de la situación y retrasaron la difusión de información. Los investigadores también consideran que existió falta de cooperación entre el personal de emergencias. Varios legisladores y familiares de las víctimas han exigido la dimisión de otros altos funcionarios por la tragedia.