Desde la cena del Palacio del Elíseo hasta el banquete de Estado de la Casa Blanca, Europa ve a través de Estados Unidos

CRI 2022-12-04 18:46:58
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El 3 de diciembre, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, finalizó su visita de tres días a Estados Unidos. Macron, conocido por su capacidad mediadora, fue para solicitar que se incluyan exenciones a las empresas europeas en el proyecto de la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos. Sin embargo, no obtuvo el resultado esperado, el viaje no hizo más que incrementar las discrepancias en las ya resentidas relaciones entre Estados Unidos y Europa. 

Por supuesto, para recibir a Francia, su aliado más antiguo, Estados Unidos hizo todo lo necesario de cara a la galería: hospedaron al matrimonio Macron en la Casa Blair, la residencia de jefes de Estado en Washington, les agasajaron con un banquete de Estado de alto nivel, que incluyó langosta y caviar, y organizaron una gran variedad de actividades políticas, económicas, científicas y tecnológicas, y culturales. Sin embargo, el gran banquete y el cálido apretón de manos no pudieron ocultar los desacuerdos que subyacen entre ambas partes. 

La estancia de Macron en Estados Unidos, calificada como una visita de Estado, es en realidad una apuesta por la justicia. En agosto de este año, el presidente estadounidense, Joe Biden, firmó un proyecto de ley para la reducción de la inflación, que introdujo una gran cantidad de medidas de estímulo, incluidos incentivos y elevados subsidios, para promover la producción y el uso de vehículos eléctricos y otras tecnologías verdes en Estados Unidos. Esto ha despertado una gran insatisfacción entre los países europeos. Consideran que el proyecto de ley contiene políticas proteccionistas que violan las normas de la OMC y exacerban la contracción de la producción industrial europea que obliga a sus empresas a trasladar las líneas de producción a Estados Unidos.

En defensa de los intereses europeos, Emmanuel Macron organizó un banquete en el Palacio del Elíseo unos días antes de su visita a Estados Unidos para convencer a los empresarios europeos de no abandonar las líneas de producción de Europa. Los medios franceses y europeos esperaban también que la visita de Macron a Estados Unidos pudiera persuadir a Washington de incluir exenciones a las empresas europeas. En el primer día de su visita, Emmanuel Macron criticó duramente el proyecto de ley de reducción de la inflación por ser “súper agresiva” para las empresas europeas, y afirmó que destruiría muchos empleos en Francia y Europa. Para Macron, la medida pretende resolver el problema de Estados Unidos a costa de los intereses europeos. El dirigente galo espera que Estados Unidos finalmente respete a Francia como un buen amigo y abogue por una mayor coordinación económica a ambos lados del Atlántico.

Ante las exigencias de Emmanuel Macron, Biden aseguró que Estados Unidos no necesita disculparse con Europa, pero que podría considerar ligeros ajustes, aunque no especifico medidas concretas. Medios alemanes recordaron que, para Estados Unidos, la primera opción en cuestiones de interés económico será siempre él mismo y que los europeos deben tener clara de esta posición.

Para Emmanuel Macron y los líderes europeos, el gran banquete de Estado de la Casa Blanca es aún más amargo que la celebrada en el Palacio del Elíseo hace unos días. La reluciente cubertería o las brillantes sonrisas no pudieron ocultar la profunda brecha entre estos dos socios transatlánticos, no puede camuflar el hecho de que Estados Unidos nunca ha considerado a Europa como un aliado, sino como un obstáculo para el mantenimiento de su hegemonía y sus propios intereses.

Antes de la visita de Macron a Estados Unidos, el periódico estadounidense “Político” manifestó que considera inevitable una guerra comercial transatlántica si Washington no alcanza un compromiso con Francia sobre los subsidios comerciales entre Estados Unidos y Europa. Desde la cena del Palacio del Elíseo hasta el gran banquete de Estado en la Casa Blanca, Europa debe haber visto más claramente la intención de Estados Unidos. La búsqueda de la autonomía estratégica no puede detenerse ni un momento.

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