Un mismo corazón en la lucha contra la epidemia: El destino compartido

El primero de febrero de 2020, el crucero Diamond Princess emprendió el retorno de emergencia y atracó en el puerto japonés de Yokohama dos días después. Sin embargo, los pasajeros estaban lejos de poder regresar a sus hogares. Les esperaba la cuarentena.

Una epidemia repentina interrumpió un viaje de ensueño. Un pasajero desarrolló fiebre después de abordar. El primero de febrero, fue confirmado con COVID-19. Entonces, el destino de más de 3.700 viajeros y tripulantes de más de 50 países y regiones, se conectó.

A principios de 2020, la COVID-19 se propagó mundialmente. Hasta la actualidad, existen más de 20 millones de casos confirmados en todo el mundo y varios países se encuentran en estado de emergencia. La humanidad está viviendo la peor emergencia de salud pública a nivel mundial desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

En el vasto universo, la tierra no es nada más que un pequeño crucero, en el que toda la humanidad comparte el mismo destino. Por ello, para vencer la pandemia se requiere del apoyo mutuo, la apertura y la cooperación. En los momentos difíciles nos damos cuenta de quién defiende verdaderamente la moral. El destino es compartido y en el gran camino nadie está solo.