Gabriel Boric y José Antonio Kast afinan estrategias de cara a la segunda vuelta electoral presidencial de Chile

El próximo 19 de diciembre, los chilenos deberán volver a las urnas para elegir quién será su presidente. Gabriel Boric, abanderado de Apruebo Dignidad, y José Antonio Kast, candidato de la derecha por el Partido Republicano, son las opciones que alcanzaron mayoría y que disputarán esta segunda vuelta electoral.

"Nuestro deber es hoy convencerlos de que somos un mejor camino para construir un país más justo y que sin abuso ni privilegios de unos pocos, es posible tener un país que otorgue dignidad a todo su pueblo y no solamente a una pequeña minoría", dijo Gabriel Boric, candidato a la presidencia de Chile del Partido Apruebo Dignidad.

"La única candidatura presidencial que va a recuperar la paz, la única candidatura presidencial que es alternativa para enfrentar a los delincuentes y a los narcotraficantes y la única opción que le pondrá fin al terrorismo es la que nosotros representamos, no hay otra", dijo José Antonio Kast, candidato a la presidencia de Chil del Partido Republicano.

Así se dirigirían a sus seguidores los dos candidatos que se disputan la presidencia en Chile. Las palabras de ambos luego de conocer los resultados de la elección del pasado 21 de noviembre reflejan las diferencias marcadas entre sus programas de gobierno.

Con 35 años de edad, Gabriel Boric es el candidato más joven en la historia de Chile, fue líder estudiantil y tiene experiencia política por haber sido electo diputado por la provincia de Magallanes. José Antonio Kast, padre de nueve hijos de 55 años, es conocido por elogiar el legado económico neoliberal de Augusto Pinochet y prometer mano dura contra la delincuencia. De cara a la segunda vuelta, ambos modelos buscan nuevas alianzas y estrategias que les permita lograr el triunfo en la contienda electoral.

Esta elección presidencial entre extremos y que algunos califican de polarizada llega en un momento de cambios en Chile al cumplirse dos años de un estallido social que llevó a la elección de una Convención Constituyente, encargada de redactar una nueva Constitución en Chile y que el nuevo presidente del país suramericano deberá poner en marcha como parte de su gestión de gobierno.