Nuevo presidente cubano se compromete a actuar, crear y trabajar sin descanso

    El nuevo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se comprometió hoy jueves a actuar, crear y "trabajar sin descanso", para cumplir con el pueblo y corresponder a la confianza depositada por los máximos líderes de la Revolución Cubana. 

　 En su primera alocución como mandatario, el recién electo presidente aseguró que asume la responsabilidad con "la convicción de que todos los revolucionarios cubanos (...) seremos fieles al ejemplar legado de Fidel Castro, y al valor y enseñanzas de Raúl Castro, líder actual del proceso revolucionario".

　 Anunció en tal sentido que Raúl Castro, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) hasta 2021, definirá las decisiones más importantes y trascendentes para el presente y futuro del país.

　 "Raúl, quien ha preparado, conducido y liderado este proceso de continuidad generacional con firmeza, sin apego a cargos y responsabilidades; con elevado sentido del deber y del momento histórico; con serenidad, madurez, confianza, firmeza revolucionaria; con altruismo y modestia, se mantiene por legitimidad y mérito propio al frente de la vanguardia política", declaró.

　 Reconoció asimismo los avances alcanzados en lo interno en el país en los 12 años de gestión del ex mandatario. 

　 Subrayó el papel rector de las conversaciones y negociaciones que tuvieron como fin el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos en 2015. 

　 Díaz-Canel puntualizó al respecto en su discurso, que la política exterior se mantendrá inalterable y el nuevo gobierno de la isla caribeña no realizará "concesiones" contra su soberanía, ni aceptará "condicionamientos" provenientes del exterior, especialmente de Washington.

　 "Jamás cederemos ante presión o amenaza. Los cambios que sean necesarios los seguirá decidiendo soberanamente el pueblo cubano (...) siempre estaremos dispuestos a dialogar y cooperar con quienes a su vez lo estén desde el respeto y el trato entre iguales", dijo.

　 En otro momento de su intervención, el nuevo presidente afirmó que no habrá espacio para una transición ajena a la historia vivida, porque sólo cabe darle continuidad y perfeccionar lo alcanzado, "sin ceder a las presiones, sin miedo y sin retroceso".

　 "En esta Legislatura no habrá espacio para los que aspiran a una restauración capitalista. Esta Legislatura defenderá la Revolución y continuará el perfeccionamiento del socialismo", enfatizó Díaz-Canel.

　 Resaltó también que no asume para hacer promesas, pues opina que sólo el trabajo intenso y eficiente de cada día, dará los resultados concretos.

　 "Ejercer una dirección cada vez más colectiva en permanente vínculo con la población y facilitar la participación del pueblo en las tareas revolucionarias y en la toma de decisiones a través de procesos ampliamente democráticos", manifestó.

　 Indicó al mismo tiempo que confía en el apoyo "decisivo" de la ciudadanía, sin el cual es imposible avanzar con éxito, en medio de "amenazas" y "desafíos que nunca serán pocos para un país empeñado en hacer Revolución".

　 Antes de ofrecer su primer discurso, realizó sus primeras solicitudes como mandatario al pedir postergar la presentación de las propuestas del Consejo de Ministros para otro momento y que el primer vicepresidente, Salvador Valdés Mesa, ocupe la misma responsabilidad en el Consejo de Ministros para garantizar la unidad en el gabinete de gobierno.

　 Miguel Díaz-Canel fue electo con el 99,83 por ciento de los votos emitidos por los 604 diputados presentes en la sesión constitutiva de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional.

　 Se convirtió de esta forma en el primer presidente nacido después del triunfo de la Revolución Cubana (1959), que liderará en adelante el proceso de actualización del modelo socialista cubano, con creatividad y convicción hacia la "prosperidad que nos debemos", aseveró.