La polarización política sigue consumiendo la vitalidad de Estados Unidos

Al comienzo del nuevo año, algunos partidarios del líder estadounidense irrumpieron en el Capitolio e intentaron cambiar los resultados de las elecciones, desencadenando una tormenta política que conmocionó a Estados Unidos. Luego, bajo la promoción del Partido Demócrata, la Cámara de Representantes de Estados Unidos inició un segundo juicio político contra el actual líder el día 13 por motivos de "instigación a la rebelión" y otras razones. Muchos analistas creen que esto no es solo una "exigencia de responsabilidad" por incitar disturbios, sino también una "liquidación política" para eliminar la posibilidad de un levantamiento de nuevo del actual líder estadounidense en el futuro. Detrás de la escena de la farsa política está el estallido concentrado de contradicciones profundamente arraigadas en la sociedad estadounidense, así como la escalada de luchas viles mezcladas con agravios personales y de partidismo. En Washington de hoy, la polarización política ha alcanzado un nivel sin precedentes. Como dijo Martin Jacques, investigador de alto rango de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, "Estados Unidos es ahora un país muy polarizado. Republicanos y demócratas ya no están hablando en el mismo canal. Los dos partidos ocupan mundos diferentes, y la consecuencia es que el gobierno está cada vez más paralizado". De hecho, la polarización política es una característica distintiva de la política estadounidense. Los dos partidos en Estados Unidos anteponen los intereses partidistas sobre los intereses del país y del pueblo, y la lucha entre los dos partidos se ha intensificado cada vez más. Por ejemplo, cuando el líder estadounidense llegó al poder, consideró el importante legado político, como el proyecto de ley de seguro médico dejado por su predecesor, como un "clavo en sus ojos". Una serie de medidas de derrocamiento desencadenó un rápido cambio en las políticas internas y externas de Estados Unidos. Además, las dos partes se enfrentan sobre la cuestión de si construir un muro de separación para hacer frente a la inmigración ilegal y, por lo tanto, el gobierno federal se ha "detenido" varias veces.

Incluso ante el severo impacto de la epidemia de neumonía de nuevo coronavirus, la lucha política de los dos partidos aún continuó sin cesar. Los prejuicios partidistas obstaculizan la distribución equitativa de los suministros contra la epidemia entre los estados de los Estados Unidos. La Ley de Rescate Nacional ha sido durante mucho tiempo difícil de cumplir debido al regateo. La falta de políticas coordinadas ha hecho que los Estados Unidos paguen el doloroso precio de más de 23 millones de infecciones y más de 380.000 muertes.

La aguda lucha partidista sin precedentes ha expuesto completamente el profundo color de la "lucha por la lucha" del sistema democrático estadounidense. Bajo el control del pensamiento del juego de poder, las élites de las dos partes no actúan sobre el bien y el mal, sino que lanzan ataques basados en los intereses de las propias partes. En febrero del año pasado, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Pelosi, rompió a la vista los papeles del discurso del estado del líder estadounidense, que se puede decir que muestra al mundo el profundo abismo político entre las dos partes. La creciente polarización política en los Estados Unidos no es solo una manifestación de los males del sistema político, sino también un producto de la escalada de conflictos y crisis sociales. Este fenómeno nunca terminará con el cambio de líder de la Casa Blanca, al contrario, se gesta una nueva ronda de lucha. Si la crisis que acecha en lo profundo del sistema político y la sociedad estadounidenses no se puede resolver, cualquier retórica sobre cómo llevar a Estados Unidos a lograr la "unidad" puede ser un agua sin fuente de. La creciente lucha del partido consumirá en última instancia solo la vitalidad de Estados Unidos.