El llamado "desacoplamiento" es una "píldora venenosa" que los políticos estadounidenses dan a las empresas estadounidenses

2020-08-31 13:04:12
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En entrevistas recientes, el líder estadounidense reiteró el argumento de "desvincularse" de China, diciendo que Estados Unidos "no necesariamente tiene que hacer negocios con China". En los últimos meses, los políticos estadounidenses han presentado argumentos similares de vez en cuando, pero fue solo un espectáculo político fallido organizado en el año electoral. El ex presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, Tom Wheeler, señaló claramente que la decisión del líder estadounidense fue "reemplazar la sustancia por la actuación".

¿Dejar que las empresas estadounidenses no hagan negocios con China? El argumento de políticos estadounidenses es como una "píldora venenosa", que ha sido fuertemente resistida por las empresas estadounidenses. Un caso reciente es el siguiente: el gobierno de los EE. UU. emitió recientemente una orden ejecutiva que anuncia que, a partir del 20 de septiembre, las personas y empresas estadounidenses tienen prohibido realizar transacciones relacionadas con WeChat y Tencent Company de China. Como resultado, Apple, Ford, Goldman Sachs, Wal-Mart, P&G levantan una ola de oposición de las empresas estadounidenses. Más de una docena de empresas multinacionales estadounidenses enfatizan en una conferencia telefónica con funcionarios de la Casa Blanca que prohibir el uso de WeChat puede debilitar la competitividad de mercado de las empresas estadounidenses en la segunda economía más grande del mundo.

Lo interesante es que, aunque los políticos estadounidenses a menudo se pronuncian para fomentar la "disociación", bajo la presión de la comunidad empresarial, su actitud ha sido relajada. Varias personas familiarizadas con el asunto revelaron que dos semanas después del anuncio de la prohibición administrativa, los funcionarios estadounidenses se pusieron en contacto en privado con muchas empresas estadounidenses, incluida Apple, y enfatizaron que aún pueden hacer negocios en China a través de WeChat. Esto demuestra una vez más que el llamado "desacoplamiento" no es más que una actuación de los políticos estadounidenses que persiguen el poder, es sólo un concepto ilusorio en el futuro previsible.

No hay duda de que las empresas estadounidenses necesitan el mercado chino, no pueden prescindir y no quieren irse. Recientemente, la Cámara de Comercio Estadounidense en China confirmó que el primer vuelo fletado de la cámara desde el brote de la epidemia de la COVID-19 volará sin escalas desde San Francisco a Beijing el 12 de septiembre. Como resultado, se recibieron casi 200 solicitudes en 3 días. Estos empresarios estadounidenses que regresan a China claramente no están de acuerdo con el argumento de que "hacer negocios con China no es necesario".

Como las dos economías más grandes del mundo, las economías de China y Estados Unidos han estado profundamente anidadas e integradas entre sí. Henry Farrell, profesor de la Universidad George Washington en los Estados Unidos, tiene una metáfora muy vívida, diciendo que las economías de China y Estados Unidos son como "un par de siameses". "Comparten un órgano común y un sistema de circulación sanguínea". Al cortar por la fuerza a estos gemelos gigantes, el resultado solo puede ser una lesión en los músculos y huesos, ambas lesiones, y el impacto se extenderá a otras partes del mundo.

En la globalización económica actual, ningún país puede sobrevivir solo. Especialmente en el período posterior a la epidemia, todos los países tienen una necesidad urgente de reanudar el trabajo y la producción, restablecer el funcionamiento económico normal y mantener la estabilidad de su propia cadena industrial y cadena de suministro.

Los políticos estadounidenses que están interesados en los "programas políticos" deben escuchar con atención las voces racionales de sus propias comunidades empresariales, dejar de incitar al llamado "desacoplamiento", dejar de dañar los intereses de las empresas estadounidenses y emprender su debida diligencia para la pronta recuperación de la economía estadounidense que se ha visto afectada por la epidemia.

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