No sirve para nada el intento de intervención de EE.UU. en los asuntos internos de China con el proyecto de ley relacionado con el Tíbet

La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este martes "La Ley de Política y Apoyo Tibetana de 2019", la cual viola gravemente el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales, enviando una señal severamente errónea a las fuerzas separatistas de la "independencia tibetana", y reflejando el intento de algunos estadounidenses quienes intentan interferir en los asuntos internos de China y destruir su integridad territorial.

Según este proyecto de ley, sólo el grupo religioso del budismo tibetano puede elegir al sucesor de Dalai Lama, asimismo, amenaza con realizar sanciones a los funcionarios chinos que intervengan en la sucesión de Dalai Lama. Es arbitraria esta teoría absurda, cuya esencia es apoyar a las fuerzas separatistas de la "independencia tibetana" y dividir China.

La sucesión de Tulku es una forma especial de continuación del budismo tibetano, con ceremonias y procedimientos fijos.Según el sistema, la historia y la ley, el gobierno central posee el derecho de confirmación de la sucesión de Tulku.

Basados en la tradición, la existencia del linaje y la sucesión de Dalai no comprende simples asuntos religiosos, ni los derechos privados de Dalai; es un tema político importante de la región del Tíbet y también es un reflejo de la soberanía del gobierno central de China sobre el Tíbet.

En la historia, a partir del año 1793 el gobierno central de la Dinastía Qing promulgó “Los 29 Reglamentos sobre los asuntos del Tíbet” en los que estableció el sistema de elegir al Tulku. Hasta nuestros días, se ha continuado con este sistema. Según la ley, en 2007, el Buró de Asuntos Religiosos del Consejo de Estado de China hizo público “Los Métodos administrativos de la sucesión del Tulku en el budismo tibetano”, en el cual se ratifica el derecho de confirmación del gobierno central al respecto.

En realidad, el XIV Dalai también fue elegido por esta tradición y fue ratificado por el gobierno central. La Cámara de Representantes de EE.UU. intervino en la sucesión de Dalai en el proyecto, lo que es una intervención brutal de los asuntos internos de China, de manera ilegal e inválida.

Además, se repitió el deseo de EE.UU. de establecer un consulado en Lhasa en el proyecto de ley y amenazó a China que si no esté de acuerdo, no permitirá establecer nuevos consulados en su país.

Según “El Convenio de las relaciones consulares de Viena”, existen dos condiciones necesarias para establecer un consulado en otro país y son las siguientes: Debe ser una región con intercambios económicos y culturales muy estrechos, y debe ser lugar donde se concentra una gran cantidad de los ciudadanos del país extranjero.

EE.UU. no posee estas dos condiciones en Lhasa, por lo que resulta irrazonable la demanda.

El Tíbet ha sido territorio de China desde la antigüedad. Los asuntos tibetanos son puramente asuntos internos de China y no está permitida ninguna interferencia extranjera.

Desde hace más de 60 años, la Región Autónoma del Tíbet ha alcanzado un progreso histórico en áreas económicas, sociales, culturales y ecológicas. La comunidad internacional se ha vuelto cada vez más consciente de la situación real en el Tíbet, comprende y apoya cada vez más las políticas de China relacionadas con el Tíbet.

La cuestión con el Tíbet no es una cuestión étnica o religiosa, ni un tema de derechos humanos, va más allá de los principios concernientes a la soberanía e integridad territorial de China. La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó "La Ley de Política y Apoyo Tibetana de 2019", lo que viola gravemente el principio de no intervención mutua del derecho internacional, también desobedece la obligación de EE.UU. en la Declaración Conjunta con China, va en contra de los compromisos de reconocer al Tíbet como una parte inseparable de China y no apoyar las fuerzas separatistas de la "independencia tibetana".

China insta a Estados Unidos a dejar de usar cuestiones relacionadas con el Tíbet para interferir en los asuntos internos del país y hacer más para beneficiar en lugar de socavar la confianza y cooperación mutua.