China confía en resolver las prolongadas tensiones comerciales con EEUU

Xinhua 2019-08-28 15:14:29
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Ninguna de las contramedidas que China se ha visto obligada a tomar durante las prolongadas tensiones comerciales con Estados Unidos ha tenido por objetivo causar daños, sino abrir los ojos de los decisores políticos de ese país sobre un simple hecho: la indisoluble conexión entre las economías de ambas naciones.
  Para decirlo sin rodeos, resulta muy riesgoso subestimar la interdependencia entre las economías de Estados Unidos y de China. Cualquier intento por reprimir u obstruir la economía china tendrá consecuencias en las finanzas estadounidenses y dañará a los empresarios y consumidores de ese país.
  Existen peligrosas señales de alarma sobre una posible recesión en las bolsas de Estados Unidos, donde los rendimientos de los bonos a corto plazo están por encima de aquellos a largo plazo.
  Dado que las crisis financieras anteriores en ese país han estado precedidas por una inversión en los valores del Tesoro a dos años y a 10 años, muchos analistas estadounidenses pronostican que a la economía le depara un pronunciado declive, al tiempo que los negocios han detenido sus inversiones.
  Si la actual administración estadounidense persiste en escalar las tensiones con nuevos aumentos de tarifas y no ve la necesidad de eliminar todos los aranceles adicionales que ha impuesto, al menos queda una cosa clara: los halcones que toman estas decisiones políticas en Washington no consideran que la economía de su país ha recibido suficientes daños.
  En ese caso, las repercusiones serán mucho más profundas. Para citar un ejemplo, las compras de navidades de este año en Estados Unidos puede que no sean tan estimulantes como en tiempos anteriores, dado que una gran parte de los 300.000 millones de dólares de importaciones chinas que ahora están sometidas a mayores tarifas son productos de consumo.
  Los hogares estadounidenses tendrán que calcular cuidadosamente su presupuesto o gastar menos ante el temor de una economía en declive. Los negocios, por otro lado, pueden ver reducidos sus ingresos debido a importaciones más costosas y ventas menos robustas por parte de una legión de compradores ahorrativos. Las familias de bajos ingresos recibirán los mayores daños del aumento del costo de la vida.
   En el proceso de conducir a los decisores políticos de Estados Unidos de vuelta al camino correcto de una relación económica y comercial saludable, China ha mostrado un gran nivel de autocontrol y paciencia.
  Todas las contramedidas que China se ha visto obligada a tomar tienen un carácter defensivo, han sido bien sopesadas y han surgido de la necesidad de salvaguardar el derecho al desarrollo de su pueblo y el sistema multilateral de comercio internacional.
  Algunos políticos estadounidenses han estado obsesionados con la idea de utilizar a China como chivo expiatorio de sus problemas económicos domésticos, mostrando al país asiático como un rival y ocultando sus pobres decisiones.
  Teniendo en cuenta que las tensiones arancelarias provocadas por Estados Unidos se han mantenido por más de un año, se comprenderá mejor que China cuenta con los medios suficientes para responder, pero decidió actuar de una manera contenida y responsable tanto para los chinos y estadounidenses, como para el resto del mundo.
  Enfrentando perturbaciones externas por parte de Estados Unidos, China nunca ha sobreactuado para empeorar la situación, sino que se ha dedicado a implementar las políticas establecidas con compostura, expandiendo su apertura y avanzando la reforma, al tiempo que optimiza su ambiente de negocios y diversifica los mercados extranjeros, con las buena intención de alcanzar un crecimiento inclusivo y una prosperidad compartida con otros países.
  A medida que se prolongan las tensiones arancelarias, muchos más chinos y empresas del país reúnen mayor fuerza y confianza, no únicamente por la pasión patriótica sino por el juicio racional de que las fricciones comerciales pueden ser una bendición disfrazada.
  En realidad no hay nada que temer. Para cada aspecto que necesita ser alcanzado como parte del rejuvenecimiento nacional, hay una razón para que los chinos lo lleven a cabo aún mejor en las actuales circunstancias, incluidos la innovación tecnológica, mejoras industriales, el establecimiento de cadenas globales de suministros competitivas, una mejor educación y cuidados de salud, la reducción de la pobreza, un ambiente de negocios más amigable, mayor eficiencia en la asignación de recursos, la expansión de la apertura y una reforma más amplia que mejore el bienestar del pueblo.
  Tal confianza está bien justificada, puesto que los indicadores económicos revelan una gran resistencia por parte de la economía china. La estructura del comercio del país asiático, por ejemplo, se sigue optimizando con un intercambio comercial con el mundo de 14,67 billones de yuanes (unos 2,14 billones de dólares) durante la primera mitad del 2019, para un crecimiento interanual del 3,9 por ciento.
  La inversión extranjera directa recibida en la parte continental de China se expandió un 7,3 por ciento interanual hasta los 533.140 millones de yuanes en los primeros siete meses del año. A finales de este mes, el proveedor mundial de índices bursátiles MSCI elevará del 10 al 15 por ciento el factor de inclusión de todas las acciones de tipo A de China de gran capitalización en sus índices.
  Aplicando los viejos trucos de la intimidación y la presión máxima, la administración estadounidense ha escalado en más de una ocasión las tensiones comerciales y tratado de coaccionar a China para que acepte sus demandas irracionales.
  China no se ha rendido ni lo hará nunca. La historia reconocerá a aquellos que muestren amistad a China y sean respetuosos con su pueblo, que en momentos difíciles ha resistido dolores y dificultades para eliminar la pobreza y alcanzar una prosperidad compartida con el resto del mundo.

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