Algunos estadounidenses cosechan lo que han sembrado con sus inconveniencias arrogantes sobre Hong Kong

Recientemente, la presidente de la Cámara de Diputados del Congreso estadounidense Nancy Pelosi y el senador Marco Rubio dijeron al público que impulsarán la discusión y la aprobación del “Proyecto de ley de los derechos humanos y la democracia de Hong Kong” en el congreso. La comisión de trabajos legítimos del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China expresó su firme oposición de las acciones estadounidenses de intervenir los asuntos interiores de China. Señaló que las palabras irresponsables y falsas de los senadores estadounidenses son apoyos para las acciones violentas de los divisionistas hongkoneses, con el fin de luchar contra China y perturbar Hong Kong.

Algunos funcionarios de alto nivel y la Agencia de Inteligencia Central de EE.UU. también apoyaron a los radicales hongkoneses violentos. No sólo se reunieron con los divisionistas que pidieron “la independencia de Hong Kong” y les ofrecieron los fondos, sino que también criticaron con frecuencia la situación de Hong Kong y amenazaron a China con la combinación del tema de Hong Kong y la guerra comercial sino-estadounidense.

A partir del junio pasado, los divisionistas violentos de Hong Kong lanzaron una serie de conflictos violentos y casos contra la seguridad pública con sus acciones ilegales. Atacaron a los policías, golpearon a los periodistas y los turistas, azotaron los edificios oficiales, insultaron la bandera y la emblema nacionales, obstaculizaron el transporte público y el aeropuerto de Hong Kong, etc. Con dichas acciones violaron severamente el sistema legislativo y el orden de Hong Kong, perjudicaron la seguridad pública, dañaron los derechos públicos del pueblo y violaron la dignidad y la soberanía del país.
Stefan Baron, ex editor general de la revista alemana Wirtschaftswoche publicó un comentario sobre las atrocidades en Hong Kong en el periódico Handelsblatt, diciendo que sería reprimido muy rápidamente el motín si se sucediera en EE.UU. Pero, los políticos estadounidenses no lo reconocieron, al revés criticaron al gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong y los policías. Eso muestra los dobles estándares de los estadounidenses.

Según el Informe del Índice de Libertad Económica, publicado por la Fundación de Heritage de EE.UU., durante los 22 años después de que Hong Kong regresó a China en 1997, fue elegido en años consecutivos como la economía más libre del mundo. Lo que es una evaluación justa de “Un país, dos sistemas” y “la administración de Hong Kong por los hongkoneses”. Pero, las manifestaciones y las acciones violentas que duraron más de dos meses han destruido la economía hongkonesa. Según los últimos datos del gobierno local, durante el mayo y el julio pasado, la tasa de desempleo en Hong Kong es 2.9%, un incremento de 0.1% en comparación con abril y junio. 118.500 hongkoneses perdieron los empleos. El sector de restauración de Hong Kong sufrió el ataque más fuerte. Numerosos países enviaron la alerta turista en Hong Kong para sus ciudadanos.

Realmente, “Un país, dos sistemas” es el mejor sistema para que Hong Kong ha mantenido la prosperidad y la estabilidad de largo plazo después de su regreso a China. Es obvio el gran éxito de la aplicación de dicho sistema en Hong Kong. Desde hace mucho tiempo, algunos estadounidenses criticaron los asuntos internos de China y de muchos países con una actitud discriminatoria, perjuicios e incluso la provocación. Deben escuchar los consejos del primer ministro de Singapur Lee Hsien Loong, quien dijo que como la primera potencia mundial, EE.UU. tiene que ser indulgente con China que tiene más influencia y más poderoso. EE.UU. tiene que aceptarlo. Es imposible e insensato contener la revitalización de China.

Los políticos y las oposiciones de China no deben subestimar la firme voluntad del gobierno y el pueblo chinos de salvaguardar la seguridad y la unificación de la soberanía del país y defender la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong. Los estadounidenses cosechan lo que han sembrado con sus inconveniencias arrogantes sobre Hong Kong.

(Espe, Mauricio)