Reforma del FMI debería continuar elevando la voz y representación de las economías emergentes

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció el día 16, hora local, que acepta la solicitud de renuncia de la gobernadora, Christine Lagarde, e iniciará de inmediato el proceso de selección del próximo gobernador. En el período crítico de la Décimo quinta inspección general del FMI, no importa quién releve a Lagarde, debe seguir la tendencia de la época, promover activamente la reforma de participación y la gobernanza del FMI, y continuar elevando la voz y la representación de los países de mercados emergentes y los países en desarrollo para que el FMI mantenga su legitimidad y eficacia.

Como uno de los patrimonios importantes del sistema de Bretton Woods liderado por Estados Unidos y Europa, el FMI se compromete a promover la cooperación mundial en materia de divisas, proporcionar fondos y asistencia, y mantener la estabilidad financiera internacional. Desde comienzos del nuevo siglo, la estructura económica global ha experimentado grandes cambios. Por un lado, las economías emergentes están aumentando rápidamente, su peso en la economía global está aumentando y su contribución al crecimiento económico mundial también está aumentando. Por otro lado, el actual sistema de gobierno económico global se está volviendo cada vez más incapaz de aliviar los desequilibrios económicos globales, promover procesos de comercio multilateral y resolver crisis de deuda soberana. En este contexto, es una tendencia general promover la reforma del FMI, mejorar la participación y la voz de los mercados emergentes y los países en desarrollo en los asuntos económicos mundiales.

Desde su nombramiento como gobernadora del FMI en 2011, Lagarde ha realizado importantes esfuerzos para promover la reforma de la participación y la gobernanza. En 2016, el programa de reforma de acciones y gobernanza de 2010 del FMI, que fue obstruido por Estados Unidos durante mucho tiempo, finalmente se cumplió. Según el programa, aproximadamente el 6% de las acciones se transfieren a mercados emergentes dinámicos y países en desarrollo con poca representación. El derecho a voto de China se ha adelantado del sexto al tercer puesto, y los derechos a voto de India, Rusia y Brasil también han ascendido.

Al mismo tiempo, los países desarrollados europeos cedieron dos puestos en la junta ejecutiva a los mercados emergentes y los países en desarrollo, y todos los directores ejecutivos fueron elegidos.

Sin embargo, a juzgar por la posición actual de varias economías en la estructura económica mundial, la participación y el estado de gobierno del FMI aún no reflejan objetivamente los cambios en la estructura económica. Por ejemplo, los países de mercados emergentes y los países en desarrollo representan la mitad del PIB mundial, pero contribuyen con más del 80% al crecimiento económico mundial. El peso de Estados Unidos ha caído a cerca del 20% de la economía mundial, pero el derecho a voto de Estados Unidos aún es mayor en el FMI, que es del 16,52%, y todavía hay un derecho a veto en las decisiones importantes.

Esta situación en la que el porcentaje de votos de cada economía no coincide con el estatus económico no solo daña los intereses de los países de mercados emergentes y los países en desarrollo, sino que también afecta la representatividad, objetividad y legitimidad del propio FMI.

En la actualidad, el FMI está realizando la decimoquinta inspección general de la acción, y se espera que llegue a un acuerdo sobre la nueva fórmula de la acción y reajuste la parte de la acción. En el futuro, no importa quién esté al frente del FMI, se verá que la creciente proporción de países de mercados emergentes y países en desarrollo en la economía global es una tendencia irresistible de la época, por lo que es necesario continuar aumentando la participación de estos países en el FMI. En la estructura de gobierno, la composición de la administración superior, incluida la junta ejecutiva del FMI, también debe reflejar mejor los cambios en la estructura económica mundial. Solo de esta manera el FMI puede mantener mejor su objetividad y legitimidad, responder de manera más efectiva a las crisis, mantener la estabilidad financiera internacional y promover la gobernanza económica global en una dirección más justa y razonable.