China y EEUU trabajan tiempo extra para llevar a la práctica los consensos entre los jefes de Estado

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el día viernes que, teniendo en cuenta los avances logrados en la 7ª ronda de negociaciones comerciales de alto nivel entre Washington y Beijing, y las tareas que aún faltan por cumplir, ambas partes decidieron prolongar las conversaciones por dos días más.

La primera extensión de dichas negociaciones indica que han entrado en una etapa clave de “sprint” en la que ambos grupos de negociación deben trabajar tiempo extra para llevar a la práctica los consensos alcanzados por los jefes de Estado de ambos países.

Tras varios contratiempos durante el año de negociaciones, pero manteniendo su objetivo de poner fin a la guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas del mundo, durante la 6ª ronda de conversaciones realizada la semana pasada, se pusieron de acuerdo en muchas cuestiones de manera que empezaron la fase de elaboración del documento. Además, en la actual 7ª vuelta, se han conseguido fructíferos resultados en el equilibrio comercial, agricultura, transferencia de tecnologías, protección de los derechos a la propiedad intelectual, servicios financieros, entre otras áreas.

No obstante, como dice una antigua frase china, “La mitad de los viajeros que planean marchar 100 kilómetros, desisten a los 90 kilómetros”. La última fase, en la que se definen a fondo todos los detalles y que se plasman en el papel, será muy difícil. Para defender los intereses propios de la nación, seguramente habrá consideraciones más minuciosas, diálogos más profundos, así como debates más encendidos. Es preciso y beneficioso prolongar las negociaciones para así poder cumplir este trabajo tan complicado.

Esta decisión demuestra la fuerte voluntad de ambas partes para alcanzar un acuerdo definitivo en el plazo programado en el encuentro entre los presidentes Xi Jinping y Donal Trump en la cumbre del G20 celebrada en Argentina, acontecimiento determinante que frenó la escalada de la guerra comercial.

El presidente Xi dijo que la cooperación es la mejor opción tanto para China como para Estados Unidos. Esta afirmación ha sido confirmada por muchos acontecimientos durante el año pasado.

La Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos informó el pasado 29 de enero que los aranceles impuestos a algunos productos por parte de la administración de Donald Trump, de mantenerse iguales, limitarán el crecimiento del Producto Interno Bruto real del país en un promedio de 0,1 % cada año durante la próxima década.

Por su parte, China recientemente admitió que ha aumentado la presión de la desaceleración de su economía debido a varias razones entre ellas las fricciones comerciales con Estados Unidos.

Mientras tanto, varias instituciones internacionales rebajaron sus expectativas sobre el crecimiento de la economía mundial e incluso el Nobel de Economía, Paul Krugman, advirtió de una posible recesión global hasta finales de 2019.

Por otra parte, la subida general de las bolsas en todo el mundo después de que Beijing y Washington llevaron a cabo estas intensas negociaciones en diciembre pasado, manifiesta el deseo de los mercados de toda índole por la finalización de las disputas comerciales entre ambos países.

Nadie espera una fácil resolución de los problemas económicos y comerciales tan complicados como los existentes entre las dos mayores potencias económicas del mundo. Pero las recientes positivas declaraciones de los presidentes Xi y Trump, han dado ánimo a los equipos de negociación de ambos países, para que puedan realizar de buena manera su “trabajo extra” en esta etapa decisiva.

Por supuesto que China está preparada para enfrentar una resolución complicada, difícil y de largo tiempo, porque reconoce las enormes brechas en las condiciones básicas, sistemas sociales, tradiciones culturales y demás entre ambos países. Cabe recalcar que no importa cuál sea el resultado, el gigante asiático seguirá profundizando las reformas y ampliando su apertura hacia el extranjero, con el fin de realizar un desarrollo económico de calidad.