¿A dónde van los migrantes centroamericanos?

Desde octubre pasado, miles de migrantes provenientes de Honduras, Guatemala, El Salvador y otros países centroamericanos se dirigieron hacia el norte, intentando cruzar las fronteras para buscar sus sueños en Estados Unidos. Debido al contundente rechazo de la administración de Donald Trump, la mayoría de ellos siguen estancados en la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana a finales de año. ¿A dónde irán?

Britany, una guatemalteca de 8 años, ya está harta de las comidas monótonas que ofrecen en el refugio de Tijuana. Su mamá era campesina y es madre soltera de seis menores. Llevó a la niña y su hijo menor de 2 años a esta marcha atravesando México para que puedan recibir una mejor educación en Estados Unidos.

La familia de Britany y miles de personas de los tres países mencionados se reunieron sucesivamente y marcharon, a pie, hasta la frontera entre México y Estados Unidos. Ante la ola de migración, el presidente Donald Trump manifestó su decisión el pasado 19 de octubre, en un debate en Arizona:

“Muchos de ellos, puedo decir que un alto porcentaje de ellos, son criminales y estos criminales quieren entrar en nuestro país. Eso no va a suceder ante mi vista. Ahora deseo agradecer a México. Deseo que pueda continuar. Si no puede, convocaremos a las fuerzas armadas”.

A fin de contener la migración, Estados Unidos ha desplegado unos 5.800 soldados en su frontera del sur. Por otra parte, bajo la presión del país del norte, el entonces presidente mexicano Enrique Peña Nieto se comprometió a que, si los migrantes centroamericanos se quedaban en los estados de Chiapas y Oaxaca, se resolverían sus documentos y empleos. Sin embargo, dichas medidas no han logrado impedir la determinación de los migrantes de llegar hasta Estados Unidos. El hondureño Walter Castro, que dejó a su hija de 8 años al cuidado de la abuela para emprender esta expedición de mil kilómetros, no quiere retroceder. Está convencido de que el certificado de no antecedentes penales le servirá de salvoconducto.

Después de un mes de marcha, más de 6 mil migrantes se reunieron en Tijuana, el mayor paso en las fronteras México-Estados Unidos que miden 3.100 kilómetros de largo. Sus diversos intentos de entrar en Estados Unidos a la fuerza fueron frustrados por el ejército norteamericano. Según la orden del presidente Trump, los migrantes han de solicitar refugio a las autoridades estadounidenses en México y podrán ingresar solo cuando su solicitud sea autorizada.

El gobierno local declaró “crisis humanitaria” y buscó la asistencia de la Organización de las Naciones Unidas. Por su lado, los migrantes depositan su esperanza en el nuevo presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

El mandatario ha exigido a los gobiernos de Tijuana y del estado de Baja California una nueva revisión sobre la capacidad de los asilos y mejorar la seguridad de los mismos. Pero dijo que, a largo plazo, la crisis de la migración debe resolverse desde su base.

En la actualidad, para los migrantes centroamericanos atascados en México, la salida más pragmática es esperar el resultado de su solicitud de refugio en Estados Unidos mientras buscan un empleo temporal en el lugar para sustentarse. Entonces, ¿es México capaz de recibir a más de 6 mil migrantes? El comentarista económico mexicano Axel Sánchez consideró que la recepción de tantos migrantes podría ser una espada de doble filo para México, porque, a pesar del rápido crecimiento del país, la diferencia entre los ricos y los pobres pesa mucho.

Hasta ahora, los 6 mil migrantes centroamericanos permanecen en los refugios en Tijuana y sus alrededores. ¿Qué pueden hacer más que esperar?