Antes del Año Nuevo Lunar, el presidente chino, Xi Jinping, ha visitado durante días a familias pobres en las remotas montañas del suroeste de China, donde inspeccionó un área afectada por un terremoto y se ha unido a los aldeanos para preparar las celebraciones del festival más importante para los chinos.
En Zhanqi, una aldea de la provincia de Sichuan, un espíritu festivo de año nuevo flota en el aire. Los aldeanos preparan ravioles en casa, escriben rollos de año nuevo y salen para tomarse fotografías familiares. El Año Nuevo Lunar comienza el viernes.
Cuando Xi llegó, ellos los aldeanos lo aclamaron y lo rodearon para desearle un feliz año nuevo. El presidente estaba más que complacido de platicar.
"Mi trabajo es servir al pueblo", dijo Xi, quien también es secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh). "Dejar que la gente viva una gran vida es la aspiración original de nosotros los comunistas", afirmó.
En la aldea, Xi observó las demostraciones de cómo los aldeanos usan internet para llevar a cabo negocios agrícolas y vender las artesanías locales. Incluso compró un par de zapatos de tela cosidos a mano.
Posteriormente, Xi pidió a los cuadros locales del Partido y a funcionarios del gobierno que defiendan el desarrollo centrado en la gente.
"Siempre preocúpense por lo que preocupa a la gente, ámenla y permítanle beneficiarse", ordenó Xi.
El presidente dijo que los asuntos que más preocupan a la gente --educación, empleos, atención médica, seguridad social y orden-- deben ser abordados de manera adecuada para permitir que la gente se sienta más rica, más feliz y más segura.
Antes de llegar a la aldea, Xi visitó Yingxiu, en el distrito de Wenchuan, el epicentro del terremoto de magnitud 8 que ocurrió el 12 de mayo de 2008.
El presidente visitó las ruinas de una escuela secundaria y depositó flores en memoria de más de 80.000 personas muertas en el sismo y de los héroes que murieron durante las labores de rescate.
Xi dijo que las ruinas deben ser protegidas para que se conviertan en una base para la educación en patriotismo.
En Yingxiu, Xi vio un poblado que resurgió del terremoto.
Las calles están limpias, en orden y llenas de comercios. También se percibe la atmósfera festiva.
El presidente visitó una tienda de té y un restaurante, donde ayudó a preparar té con mantequilla, chicharrón frito de cerdo y a moler frijoles de soja para preparar jalea de tofu.
Xi comentó que los grandes logros en la recuperación luego del terremoto muestran la fortaleza de la dirigencia del Partido y del sistema socialista.
El presidente exhortó a los funcionarios a continuar impulsando la economía y mejorando la vida de los lugareños.
La primera escala de la inspección de año nuevo de Xi, del sábado al martes, lo llevó a una de las áreas más pobres del país: la prefectura autónoma de la etnia yi de Liangshan.
Once de los 17 distritos de la prefectura están clasificados como puntos clave en el trabajo de alivio de la pobreza del Estado. La prefectura está habitada por la etnia yi, una minoría étnica en China. Muchos viven en áreas montañosas remotas, lo que impide su desarrollo económico.
Al presidente le alegró saber que los aldeanos han mejorado sus ingresos con la cría de ganado y el cultivo de papas, pimienta y nueces.
"Ningún grupo étnico, familia o persona deben quedar atrás", comentó Xi. "Para construir una sociedad modestamente acomodada de forma integral, la tarea más difícil está en las regiones con pobreza extrema".
"Sin embargo, lucharemos y debemos ganar esta guerra", añadió.
Bajo el liderazgo de Xi, China busca eliminar la pobreza absoluta para el año 2020.
De acuerdo con datos de la Oficina del Grupo Dirigente del Consejo de Estado para el Alivio de la Pobreza y el Desarrollo, alrededor de 68,53 millones de personas han salido de la pobreza en los últimos cinco años. Unos 30 millones de chinos vivían bajo la línea nacional de la pobreza a finales de 2017.
