Huesos y caparazones inscritos
En la antigüedad, estos caparazones y huesos inscritos eran considerados huesos de dragón, utilizados en medicina tradicional china. En el año 1899, un comerciante llamado Wang Yirong comenzó a barajar la posibilidad de que se tratara de alguna forma de escritura antigua. Su teoría llamó la atención de arqueólogos y lingüistas, que se dedicaron a su estudio constatando que, en efecto lo era.
2013-03-08 12:06:11 CRI

En el municipio de Anyang, provincia de Henan (centro de China) se hallaron unas ruinas arqueológicas de una superficie de 24 kilómetros cuadrados conocidas como Yìnxu (Ruinas de Yin). Este nombre sin duda alguna, quedará registrado para siempre en los anales de la civilización mundial.

Según registros históricos, en el siglo XIV a.n.e, el rey Pan Geng, de la dinastía Shang, trasladó allí su capital. Desde entonces pasaron cerca de 300 años a lo largo de los cuales Yinxu fue centro político, cultural y económico de dicha dinastía. El descubrimiento y la excavación de estas ruinas constituyen el mayor acontecimiento arqueológico de China en el siglo XX. Desde la primera excavación en 1928, se descubrió una gran cantidad de objetos, entre los que cabe destacar los huesos y caparazones inscritos (jiaguwen) y los objetos de bronce. El primero de estos hallazgos, los jiaguwen, constituye además uno de los grandes acontecimientos de la historia arqueológica mundial.

Los jiaguwen son huesos de animales y caparazones de tortuga esculpidas con caracteres primitivos, utilizados por los dirigentes de la dinastía como forma de adivinación antes de adoptar alguna decisión. Una vez concluido el ritual, se registraban los contenidos pertinentes en el objeto en cuestión, ya fuera el caparazón ventral de la tortuga o el omóplato de un animal. Cuando los resultados del ritual de adivinación coincidían con la realidad, el "documento" quedaba guardado en el archivo oficial.

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