La danza del pavo real de la prefectura autónoma de las etnias dai y jingpo de Dehong y la prefectura autónoma de la etnia dai de Xishuangbanna, es la más preciada y más clásica. En el libro Historia no oficial de Nanzhao, de la dinastía Ming (1368-1644), se lee: "Los mayores y los niños tocan siringas y bailan la danza del pavo real en las nupcias". Esta danza, llamada en dai "galuoyong" o "gananluo", puede ser ejecutada por una, dos o tres personas. Anteriormente, la danza del pavo real tradicional era ejecutada únicamente por los hombres, y éstos usaban cascos de oro y máscaras y vestían trajes abombados con varillas por dentro y cubiertos de plumas de pavo real para bailar al compás de los tambores, gongs y címbalos. La danza obedecían a procedimientos fijos, incluyendo las manos puestas en formas alegóricas y una serie de saltos y vueltas. En especial, las "tres curvas" hermosas formadas del cuerpo representaban cómo los pavos reales "atisbaban a través de los árboles", "paseaban por el bosque", "bebían agua del arroyo" y "se perseguían retozando". Aunque los bailarines no danzaban con ternura sino con virilidad, sus movimientos fluidos e imitaciones graciosas extasiaban a los espectadores, sin que nadie se fijara en que eran hombres.
El instrumento musical principal para acompañar las danzas es el "tambor pie de elefante". Todos los dais, desde los niños de tres o cuatro años hasta los ancianos septuagenarios, saben tocar este tambor. Un tañedor consumado no sólo debe tocarlo perfectamente sino también ser un bailarín por excelencia. Así es porque el éxito del bailarín tiene mucho que ver con la habilidad del tañedor del tambor. En general, los dos no ensayan juntos antes de la actuación, y el éxito de la danza depende totalmente de su colaboración tácita según cómo sienten en la improvisación. Ya que el músico conoce los detalles de la danza al dedillo, no encuentra difícil elegir el ritmo y la velocidad del tamboreo adecuados al bailarín para permitirle dar de sí lo mejor que pueda de su destreza.
En ocasiones el músico también se suma a la danza, golpeando el tambor con los dedos, las palmas, los puños, los codos y los pies para producir sonidos similares a los del mundo natural. Si es lo suficientemente hábil, puede producir de un mazazo un sonido tan largo que le deja tiempo para desabrochar la chaqueta, y de otro mazazo tiempo para su cierre. A veces el músico lleva terciado un tamboril de 80 cm de largo, y lo toca y baila al mismo tiempo. En resumen, los hombres jóvenes aprovechan las posturas ágiles, los saltos fuertes y los movimientos alegres como la mejor forma para exhibir su don y arte de bailar y tocar el tambor.