El Cham incluye la gran danza de sacerdotes, compuesta por la danza de "animales" y la danza con instrumentos búdicos, en las cuales se usan gorros de plumas de aves y fajas de piel de tigres, entre otros objetos. Estas danzas, solemnes y carentes de canto, son imponentes, de ánimos disuasivos.
En la ocasión, mientras suena la música con trompetas, trompas, cilindros, címbalos y tambores colocados en el tejado del monasterio, los lamas entre viejos y jóvenes, disfrazados con máscaras de dioses y animales y empuñando armas e instrumentos búdicos, entran en la plaza según el orden de las jerarquías de los dioses, como anuncio del descenso de éstos. Al ritmo de los acordes retumbantes de la música, los dioses aceptan los saludos de los devotos postrados en el suelo, mientras los monjes desfilan bordeando la plaza, alzan las manos y avanzan girando sus cuerpos a modo de preludio al Cham.
Acto seguido, se presentan una serie de danzas supremas, incluyendo la del dios de la ley, la del demonio y la de Vajra para resaltar su fuerza infinita, la danza de la calavera para describir cómo retozan los diablillos del infierno, la del dios ciervo para traer fortuna a la gente, así como la del dios de la longevidad y la danza de la grulla inmortal para predicar limosna, riqueza y larga vida. Se bailan además la danza "Maha-Sattva" que muestra la ceremonia del sacrificio de alimentar al tigre, y la danza "Se paga por el bien y el mal", que son cuentos del budismo.