Como los chinos de la antigüedad concebían el mundo según el Yin y el Yang y su criterio estético abogaba por la simetría, el orden y la estabilidad, los templos budistas tenían la función especial de ofrecer sacrificios a los antepasados y a los dioses de la tierra y el cielo, y eran de planta cuadrada cortada de norte a sur por un eje central. Todos los templos forman un grupo arquitectónico simétrico, estable y bien estructurado. Los templos con jardín eran muy populares en China ya que no sólo tenían una atmósfera refinada y solemne, sino también paisajes naturales. Estaban magníficamente concebidos.
Los templos antiguos están distribuidos de la siguiente manera: el camino central dirige a la puerta del templo. Al entrar, a izquierda y derecha están el pabellón de la campana y el pabellón del tambor, respectivamente. En la parte delantera está el Salón de los dioses del cielo donde hay cuatro esculturas de buda guardianes. Detrás están el Salón de Mahavira y el Pabellón de sutras. Las habitaciones de los monjes y el comedor se hallan a ambos lados del camino principal. El Salón de Mahavira es la construcción más importante y grandiosa del templo. Los construidos antes de las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907), poseen torres delante del templo o en el centro del patio. En las dinastías posteriores, los salones budistas reemplazaron a las torres.
El Templo del Caballo Blanco de Luoyang