Lago Taiping, la última parada
El sol brillaba en lo alto y nos acompañó durante todo el recorrido. Se puede decir que el Taiping es un lago tranquilo, pues apenas sentimos el movimiento del agua.
2011-11-14 09:41:03 CRI

El último día de nuestro viaje por Anhui lo dedicamos a visitar el Lago Pacífico, o Taiping, en chino, un maravilloso cuerpo de agua de color azul intenso que nos regaló algunas postales espectaculares.

Tomamos el barco a las 9:00 de la mañana, el sol brillaba en lo alto y nos acompañó durante todo el recorrido. Se puede decir que el Taiping es un lago tranquilo, pues apenas sentimos el movimiento del agua.

En nuestro camino nos encontramos con algunas pequeñas embarcaciones de pescadores. Más tarde, durante el almuerzo, pudimos disfrutar los pescados de este lago.

El lago Taiping es un punto turístico distinguido por las autoridades chinas como nivel AAAA, lo que significa que cuenta con instalaciones de primera categoría y paisaje impresionante. Cubre un área de 88.6 kilómetros cuadrados y tiene una profundidad promedio de 40 metros.

Tras un recorrido en barco de unos 20 minutos llegamos a la isla Bagua, o isla de los ocho trigramas. Todo en ella está relacionado con la filosofía ancestral del Tao. Entre los puntos más interesantes del recorrido destaca la construcción Taiping, que fue erigida en 1999 y reúne diversos aspectos relacionados con la buena fortuna. Por ejemplo, en el tercer piso está la Campana de la Buena fortuna, que los visitantes pueden tocar, pagando dos yuanes.

En el segundo piso están los tambores de la buena suerte, que también pueden ser tocados por los turistas, previo pago de 10 yuanes.

Y en el primer piso hay un juego de dardos y una rueda giratoria del Tao, a la que los turistas pueden apuntar con el dardo y descubrir su suerte.

El lago Taiping fue la última parada de nuestro recorrido de cinco días por Anhui, una provincia llena de encantos naturales y culturales.

Pero definitivamente lo más destacado es la calidez de la gente de Anhui. En todos lados fuimos recibidos con sonrisas francas.

Todas las comidas y cenas merecen mención aparte. Algunas picantes, otras no tanto, pero todas deliciosas, sorprendentes y llenas de alegría. Cada cena era una ocasión de festejar y convivir, no sólo con el resto de los compañeros de Radio Internacional de China, sino con gente local que nos bridó su hospitalidad.

Anhui todavía tiene un largo camino por recorrer para estar lista para recibir al turismo internacional. No por falta de atractivos naturales y culturales. Esos los tiene de sobra. Lo que hay que mejorar es la preparación de la gente (sobre todo prepararlos en idioma inglés, el idioma universal), pero ya se está trabajando en ello con ahinco y todo parece indicar que pronto estaremos asistiendo al desarrollo turístico mundial de esta provincia de China.

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