Por Juan Diez Echevarría
Finaliza nuestra estancia en China, hemos conocido un país maravilloso, donde la belleza y el arte de su antigüedad hace soñar, que estamos viviendo una leyenda preciosa, más que la realidad. En verdad que China es tan bonita, que no sabemos si estamos viviendo la realidad o un sueño.
En la Ciudad Prohibida
En Beijing, su capital, hemos visitado la Plaza de Tiananmen donde decenas de miles de visitantes desfilan todos los días ante los lugares históricos más relevantes, junto a ella está la Ciudad Prohibida, en la que los antiguos emperadores gobernaban, y su acceso estaba cerrado para el pueblo, el complejo de edificios es impresionante, más de 150.000 m2 de superficie, que constituyen un patrimonio de valor incalculable y que hoy sirve de zona verde y lugar de visita para los habitantes de la capital. Hemos ido a la Gran Muralla, con un teleférico, que nos ha subido hasta lugares muy elevados, desde los que podíamos ver una panóramica maravillosa, y el trabajo enorme, que tuvo que suponer para los antiguos chinos la realización de obra tan grandiosa, de proporciones inimaginables para un occidental.
En la Gran Muralla
El Palacio de Verano, lugar de descanso imperial es otra de las maravillas visitadas, que asombra por su belleza y su valor artístico, el agua siempre presente en los edificios antiguos de China dan al lugar una belleza incomparable, muchos barcos multicolores permiten al que lo desee ver el conjunto de edificios desde el lago inmenso y hacer un recorrido por sus preciosas zonas.
Tian´anmen
La visita a la provincia de Sichuang merece un comentario aparte, muchos piropos se podían decir a esta provincia, conocida como el paraíso de la tierra, pero las palabras no sirven para definir tanta belleza, desde la zona montañosa con sus cumbres siempre nevadas, bajando las montanas vemos lagos cristalinos con su fondo verde, llenos de preciosa vegetación, los saltos de agua y las cataratas del Valle de las Nueve Aldeas, en el cual las construcciones antiguas con su arte y su color contribuyen a la belleza del lugar. En la aldea más baja del valle, una sorpresa, un teatro de ópera, en verdad revolucionario, su fachada de cristal dejaba ver el hall y su escenario con un cuadro de agua delante y un saliente, donde actúaban los artistas, el espectáculo del folklore de Sichuan, muy movido, era en verdad muy alegre y colorista.
La salida de la zona montañosa por un largo túnel, conectado a un largísimo puente y al otro lado un túnel, perfectamente trazados en línea recta, que permitían en un recorrido corto abandonar las montañas y entra en las llanuras, donde estaba la capital Chengdu, ciudad de más de ocho millones de habitantes, que sorprendía por la abundancia de zonas verdes, junto a los enormes edificios, y sus avenidas, rectas, como en Beijing, su capital, con el tráfico bien organizado.
La población Huanglongxi
En este lugar está el Parque del oso panda, lugar de vegetación frondosa, llena de bambúes, que es el alimento de los osos, desaparecidos por culpa de la disminución de estos árboles, que son el alimento de los osos, cuyas hojas devoran con voracidad. Un microbús te lleva al interior del parque, donde podemos ver dos razas diferentes de pandas, el panda rojo, posiblemente desconocido para mucha gente.
La ciudad del Agua, otra maravilla histórico artística de China, con sus corrientes de agua llenas de puentes antiguos y pintorescos, una demostración más del espíritu trabajador y creativo del pueblo chino, país que parece hecho para ilustrar un cuento infantil por su belleza, colorido y arte.
En la base de criatura de osos panda
En Chengdu otra sorpresa el Teatro de la Ópera, con su espectáculo de las máscaras, en el cual pudimos ver junto a las actuaciones del folklore tradicional de Sichuang, un músico, que con un instrumento tradicional de China, interpretó una pieza de música hungara, estaba alucinando oir música europea en China. La versión que hizo fue preciosa, comenzando con la forma tradicional y terminando la misma pieza con el estilo estridente y movido de hoy. Aquel músico era una definición de la China actúal, donde junto a la mayor antigüedad encontramos lo más moderno, avanzado y progresista. También visitamos una aldea histórica, que por la belleza de sus edificios, constituye un patrimonio de gran valor para el pueblo chino.
LAS GENTES DE CHINA.
En el Palacio de Verano
En occidente tenemos una idea equivocada sobre el carácter chino, sus gentes son acogedoras, hospitalarias, simpáticas, siempre con la sonrisa, incapaces de decir no a nada ni a nadie. Siempre que tuve algún problema, me ayudaron a resolverlo, buscando y encontrando solución a cualquier eventualidad, que se presentara. Por ejemplo un grupo de militares, con sus preciosos uniformes no se negaron a que me fotografiara con ellos, a pesar de su seriedad aparente y su aspecto marcial. Las gentes de China jamás dicen que no si alguien quiere fotografiarse con un niño chino y traer el recuerdo al país, siempre dispuestos a complacer a los visitantes, son incapaces de decir no a nadie. Hay una palabra, que en China se puede oir con mucha frecuencia, felicidad, esta es la impresión que traigo de su gente, que lucha por una vida mejor, por la convivencia pacífica de todo el que se acerque a China con buena voluntad y por la paz, porque disfrutar de la paz es la verdadera felicidad
Con el personal de seguridad del Palacio de Verano
He visto en China, un país maravilloso, moderno y avanzado, con asombrosos logros en la ciencia y tecnología, que no olvida su pasado de duro trabajo, lucha y sacrificios y que ha sabido unir la mayor tradición conocida por pueblo alguno con el progresismo más avanzado y revolucionario. El valor humano del pueblo chino es incalculable y su aportación al progreso de los pueblos y la paz mundial, puede ser incalculable, si no hay otras potencias que estropeen la buena voluntad y el espíritu de cooperación de China. Definitivamente el hombre asiático es el de mayor madurez del mundo, demostrado con sus hechos por el tiempo y la historia, que en los tiempos actúales, tan complicados y difíciles, es seguro que va a encontrar solución a cualquier problema de la humanidad, repito y no me cansaré de repetirlo, siempre que los demás pueblos se acerquen a China con buena voluntad. De mi parte los deseo toda la suerte del mundo en la construcción de una vida mejor, empeñados, Gobierno y pueblo, que China sea pronto la primera potencia económica mundial, que la paz se consolide en China, y que exista en los lugares, donde todavía hay conflictos, toda la humanidad se va a beneficiar de una China moderna y próspera, si sabe como hacerlo es decir con la cooperación pacífica, que el progreso y la tecnología modernas sigan dando grandes triunfos y logros a China, que todos los pueblos podamos vivir en paz.
En el Departamento de Español de CRI
Me voy de China con una gran nostalgia de haber conocido un país maravilloso, todavía no estoy seguro, si lo que he visto en China es realidad o es un sueño, tanta belleza, tanto arte, un pueblo tan acogedor, cariñoso y amable es algo que no encontramos con frecuencia, por esto mis mejores deseos para el Partido, Gobierno y pueblo de China, que saben conducirse por el camino de la verdad, la luz y el progreso.
JUAN ROBERTO DÍEZ ECHEVARRÍA, ESPAÑA.
PREMIO ESPECIAL DEL CONCURSO DE SICHUAN, organizado por Radio China Internacional, junto a las autoridades turísticas de Sichuan.