Estas piezas se caracterizan por la influencia recibida del barroquismo europeo, su enfoque en una riqueza de detalles y motivos decorativos y, además, peculiaridades únicas y originales que datan desde los tiempos de la cultura nativa de Mesoamérica.
Gallegos hizo hincapié en que la platería de México de la época de Nueva España se distinguía de la del virreinato del Perú o el de Nueva Granada por los elementos aplicados en el diseño que habían tenido sus raíces en las culturas indígenas.
Otra parte de la exposición proviene del reconocido taller de la platería Tane, de Ciudad de México, cuyos productos ostentan un nivel artístico elevado tanto en el diseño como en la elaboración del material.