Se sirve en la mesa como un gran tazón de sopa con fideos de arroz y muchos platos pequeños con diferentes ingredientes.
Sin embargo, el camino estaba muy lejos, y había que pasar un puente. Cuando llegaba, la comida siempre estaba fría. Eso le molestaba mucho. Una vez, la mujer cocinó una olla de sopa de pollo, encontró por sorpresa que gracias a la gruesa capa de aceite flotando encima, la sopa mantuvo el calor durante todo el tiempo.
Por eso se le ocurrió la idea, de cocinar el plato favorito de su esposo de otra manera. Preparó la sopa y los ingredientes por separados, en casa. Y después de llegar a donde estudiaba su hombre, los combinó a todos juntos. Así, el plato no sólo estaba caliente, sino también se mantenía fresco.