Crisis de refugiados sigue creando desavenencias entre euroescépticos y simpatizantes de UE
2015-10-28 10:20:02 XINHUA-CRI
   Miembros del Parlamento Europeo se reunieron este martes por una sesión plenaria y se enfrentaron durante un largo y acalorado debate realizado para examinar las medidas decididas durante la minicumbre organizada el domingo por la Comisión Europea en Bruselas para abordar la crisis de refugiados en los Balcanes occidentales.

  Ante un ruidoso y a veces revoltoso hemiciclo, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, batallaron esta mañana para convencer a los eurodiputados de los avances logrados por la Unión Europea (UE) en relación con la política migratoria.

  "La minicumbre que convoqué el domingo permitió un debate honesto, en ocasiones tenso, representó un día de unidad y condujo a algunos compromisos", afirmó Juncker durante la apertura del debate.

  El presidente de la comisión resaltó que tal reunión "no hubiera sido necesaria" para permitir la ejecución de las conclusiones de la cumbre europea del 15 de octubre.

  El comisionado para Migración, Asuntos Internos y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos, dijo que "aún no hay un verdadero espíritu de cooperación europea".

  "No podemos permitirnos otro fracaso. Esta crisis es una prueba de la credibilidad de nuestros valores y debe ser un catalizador a fin de avanzar hacia más Europa", argumentó.

  "Todos los días cuentan", declaró Juncker, mientras se acerca una crisis humanitaria en los Balcanes, a donde, de acuerdo con la ONU, han llegado más de 500.000 migrantes principalmente de Medio Oriente.

  Pero la creación de 100.000 lugares de recepción para los refugiados en Grecia y en los Balcanes anunciada al final de la minicumbre del domingo no fue recibida con entusiasmo en las filas del Parlamento Europeo.

  Entre los euroescépticos, quienes no desaprovechan ninguna oportunidad para convertir la crisis de refugiados en el símbolo del derrumbe de la UE, y los simpatizantes de la UE, quienes observan con molestia la ausencia de una política migratoria común y la militarización de las fronteras externas de la UE, las divisiones siguen creciendo.

  "La crisis de refugiados no es una competencia entre los grupos políticos del Parlamento Europeo. Los populistas quieren utilizar la crisis migratoria para destruir a Europa", dijo Guy Verhofstadt, en nombre de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa.

  "El Consejo Europeo debe tomar decisiones desde diciembre sobre las fronteras comunes y traducirlas en el plan presupuestario a fin de implementar una auténtica política fronteriza multinacional", añadió.

  La declaración conjunta adoptada el domingo presenta 17 medidas establecidas para "restablecer el orden" en las fronteras de la UE, "reducir la afluencia sin control de personas" y "desalentar el movimiento de refugiados o migrantes hacia la frontera de otros países de la región".

  Se deben enviar cerca de 400 oficiales de policía a ayudar en Eslovenia, un pequeño país de dos millones de habitantes donde 60.000 migrantes han entrado desde mediados de octubre y que se ha convertido en una nueva zona de tránsito sobre todo desde que Hungría cerró sus fronteras externas con la UE.

  En una entrevista publicada el domingo en el popular diario alemán Bild, el presidente de la Comisión Europea pidió a los países balcánicos acabar con la "política de dejar pasar".

  Fue un comentario que no resultó del agrado de ciertos eurodiputados, como el líder de la izquierda española radical Podemos, Pablo Iglesias, quien no dudó en cuestionar directamente a Juncker y en condenar con vehemencia las "lágrimas de cocodrilo" derramadas durante el debate mientras "la humillación y la miseria de los refugiados continúa".

  Ante la cercanía de la cumbre internacional sobre migración en Malta el 11 y 12 de noviembre, el presidente de la Comisión Europea sólo pudo pedir a los líderes europeos que dejen de acusarse mutuamente y que respeten sus compromisos, no sólo en términos morales, sino también financieros.

  "Ante sus amigos africanos, la UE debe presentarse a la cita con los bolsillos llenos, no sólo con promesas, sino también con compromisos", declaró.

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