La localidad de Spielfeld, ubicada en la frontera con Eslovenia en el sur de Austria, experimentó el viernes constantes escenas turbulentas mientras continúa la afluencia de miles de migrantes por la frontera.

Algunos de los migrantes se vieron obligados a pasar la noche a la intemperie con temperaturas cercanas al punto de congelación. Medios locales informaron que para el viernes por la mañana habían llegado 7.000 nuevos migrantes a la pequeña localidad tras cruzar la frontera eslovena.

El gran número de personas hizo del registro una tarea ardua y miles no pudieron ser registrados. También hubo informes sobre enfrentamientos entre los migrantes.

Alrededor de 1.500 migrantes han atravesado las barricadas policiales en el punto de reunión en Spielfeld y se han dirigido al norte de Austria a pie sin saber que su destino previsto, Alemania, todavía está a cientos de kilómetros de distancia.

Cuando son informados de la distancia, muchos regresan, pero cientos continúan su camino sin desanimarse. Los taxis también aguardan en largas filas para transportarlos.

Los servicios de trenes de la municipalidad de Sentilj, del otro lado de la frontera de Spielfeld, a Leibnitz, una localidad mayor al norte de Spielfeld, ya fueron suspendidos el jueves por las multitudes.

Según informes, a pesar de reiniciar el servicio, incontables migrantes, incluyendo a niños pequeños, están caminando a lo largo de las vías hacia Austria porque la espera de los autobuses les pareció muy prolongada y para eludir los controles fronterizos y el punto de reunión de Spielfeld.

Las autoridades indicaron que no tuvieron más opción que volver a suspender los servicios por causa del peligro.

Los autobuses también han enfrentado problemas, ya sea por el riesgo de disturbios a bordo, por la gran cantidad de personas que viajan a lo largo de las carreteras o porque los refugios de emergencia ya están totalmente llenos.

El diario Kronen Zeitung informó que el vocero de la policía, Leo Josefus, dijo que los controles de policía simplemente no pueden hacer frente a la situación. Aunque está en vigor una regla de registro obligatorio de todos los migrantes, el vocero reconoció que en las circunstancias actuales simplemente no se puede seguir aplicando.

Josefus añadió que el trabajo de la policía es controlar las fronteras, pero añadió que sólo a través de un uso de la fuerza a gran escala podría detenerse la constante afluencia de personas que cruzan la frontera.

Esto sería difícil debido a que hay mujeres y niños entre los migrantes y el uso de la fuerza podría resultar fácilmente en lesionados.

Para ayudar a hacer frente al problema, poco más de la mitad de los más de 500 elementos de las fuerzas armadas apostadas en la frontera con Bulgaria, desde donde la afluencia de migrantes se ha reducido últimamente, fueron trasladados a la frontera de Estiria con Eslovenia.

ENR