A Lang nos contó cómo así surgió el nombre del hotel. Toda la familia quería que el que se eligiera fuera recordado por su significado, por lo que pasaron un largo tiempo sin ponerse de acuerdo. Un día, cuando A Lang regresaba de Lhasa a Nyingchi, se encontró con una tienda en la que le llamó la atención una pequeña piedra en forma de caracola, la cual compró. La caracola blanca es uno de los asta mangala (ocho signos auspiciosos) del budismo tibetano. Cuando Buda predicaba el budismo, su voz se transmitía por todo el mundo, como cuando el sonido va por la caracola. Por ello se toca la caracola en las fiestas budistas. Toda la familia estuvo de acuerdo con ponerle "Caracola" al hotel. Además, la caracola blanca significa también la pureza del alma, por lo que representaba muy bien el deseo de que los clientes pasaran una feliz estadía.
El hotel Caracola ya tiene un año de funcionamiento. Si bien A Lang se encarga de la mayoría de los asuntos, todos en la familia colaboran. "Mi hermano menor y yo ayudamos en nuestras vacaciones. Mi hermana menor se acaba de graduar de la universidad, pero mientras busca trabajo, ayuda en el hotel. Tenemos pocos días libres", menciona Tashi con una sonrisa.
Nyingchi es la ciudad preferida por los turistas. La ardua competencia del mercado, su poco tiempo de funcionamiento y su falta de promoción generan una gran presión en el hotel. De todos modos, A Lang sigue siendo muy optimista. "Estoy convencido de que vendrán cada vez más turistas y de que el mercado será cada vez mayor".
La nueva generación
"Nos proyectamos al resto de China", es el plan de A Lang, quien cree en el inmenso mercado del interior del país y quien espera que este tipo de hoteles, de características tradicionales, se abran por toda la nación. Sin embargo, el primer paso de su inversión –como hicieron sus padres con él– es la educación de sus hijos.
Gunsang, el hijo mayor de A Lang, ha sido un muy buen estudiante desde pequeño. Pasó el examen de acceso a la escuela secundaria de primer ciclo en Shanghai y el examen para la escuela secundaria de segundo ciclo en Zhejiang. Hoy es estudiante de primer grado de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Beijing.
"Cuando estaba en la preparatoria de la escuela secundaria de primer ciclo extrañaba mucho mi hogar. Pero me adapté y ahora me parece muy beneficioso estudiar en otro lugar. Cuando entré en la universidad, tanto la gente como el ambiente fueron verdaderos desafíos para mí. El Tíbet es mi pueblo natal y lo extraño mucho, pero el interior del país amplió mis horizontes", indica Gunsang.
Desde la antigüedad existe la palabra "herencia". La familia de Tashi lleva en su sello el paso del tiempo. La de Tashi es también la historia de muchas familias del Tíbet.
(Teresa)