Netanyahu dijo que su gobierno está "operando sistemáticamente" contra una ola de ataques palestinos y que ahora empezará a enfrentarlo desde sus raíces.
El gabinete tomará medidas contra el Movimiento Islámico, en especial contra sus fuentes de financiamiento, advirtió.
El anuncio fue hecho después de la decisión tomada la semana pasada por el gabinete de preparar un caso para declarar ilegal a la división norteña del movimiento, la facción más intransigente del mismo.
De acuerdo con el diario israelí "Ha'aretz", Netanyahu dio instrucciones al servicio de seguridad Shin Bet de que proporcione a la fiscalía cualquier información de inteligencia que posea sobre el movimiento, para que pueda empezar un procedimiento formal para proscribirlo.
Los líderes árabes en Israel advirtieron en el pasado que esa acción contra el movimiento, que tiene cientos de miles de simpatizantes entre los ciudadanos árabes de Israel, será percibido como un ataque a la sociedad árabe entera.
El movimiento, que fue fundado originalmente en 1971, ha estado involucrado en educación islámica y acciones caritativas entre los árabes israelíes. Su división norteña está encabezada por el jeque Raed Salah de línea dura, quien pasó tiempo en prisiones israelíes por recaudar fondos para el Hamas y encabezar un mitin violento.
La violencia de un mes fue provocada por las crecientes visitas de activistas derechistas israelíes a la mezquita al-Aqsa, como parte de su lucha para cancelar una larga prohibición a las oraciones judías en el lugar.
El Ministerio de Salud palestino dijo que Israel mató a 43 palestinos --29 de Cisjordania y 14 de la Franja de Gaza-- desde principios de octubre. Más de 2.000 palestinos resultaron heridos con balas de verdad y con municiones cubiertas de caucho.
Además, siete israelíes murieron y más de 92 resultaron heridos, 10 de gravedad, tras una serie de ataques con cuchillo y armas de fuego lanzados por palestinos.
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