En estos últimos 30 años, Wang y su grupo han pasado del control de la desertificación al aprovechamiento de la arena. En el desierto plantaron 140.000 hectáreas de regaliz, 20.000 hectáreas de cistanche y elaboraron medicamentos, como pastillas de regaliz compuesto. La compañía ha empleado forrajes orgánicos y desarrollado la crianza de ganado en base a los cultivos desérticos de alto contenido en proteínas.
Elion ha llevado a cabo proyectos ecoturísticos, como carreras de caballos, deportes ecológicos y observación de las estrellas, que atrae a unos 200.000 turistas al año. Ahora viene promoviendo el ahorro de agua en la agricultura mediante la aplicación de tecnología de punta de nivel internacional.
La compañía ha contribuido a mejorar el nivel de vida local, así como a cambiar muchos conceptos arraigados. En el pasado, los agricultores y ganaderos llevaban una vida nómada que dependía en gran manera de la naturaleza. Hoy en día, algunos de ellos subarriendan su terreno arenoso a empresas o se han convertido en accionistas. Otros adquieren terrenos para cultivar árboles y hierbas que se usan como forraje o en medicinas, mientras que el resto trabaja en empresas locales o incursionan en los sectores relacionados con el turismo.
Como resultado de ello, al menos 100.000 residentes locales han logrado salir de la pobreza y sus viejas chozas han dado paso a edificios residenciales.
Sencillo almuerzo de los trabajadores dedicados al control de la desertificación.
La transformación de Elion
El Grupo Elion comenzó con el control de la desertificación, lo que Wang llama el sector de la "tierra verde", el cual es el negocio principal de la empresa. Otra de sus prioridades es el desarrollo de energía verde.