La jueza de 65 años de edad prestó juramento como primera ministra provisional en una ceremonia oficial en la mansión presidencial de Atenas.
Poco después, el líder saliente, Alexis Tsipras, le dio la bienvenida en la oficina del primer ministro para la ceremonia de entrega.
"Me alegra mucho dar la bienvenida a la primera mujer en la historia de la República Helénica en ocupar el cargo de primera ministra. Es un paso significativo. Estoy seguro de que usted y su gobierno de transición desempeñarán sus labores de forma excelente en un período crucial para el país", dijo Tsipras.
Thanou se ha convertido en un rostro familiar para los ciudadanos griegos en los últimos años al aparecer en canales de televisión como la presidenta de la Asociación de Jueces y Fiscales Griegos que criticó en términos enérgicos las medidas de austeridad y que pidió una solución que respete la dignidad del pueblo griego.
La jueza dijo sobre sus deberes como primera ministra provisional que "la principal tarea de los gobiernos provisionales es la celebración de elecciones con transparencia".
"Sin embargo, en las circunstancias actuales, considero que este gobierno provisional también tendrá que enfrentar otros asuntos importantes, como la migración", señaló Thanou.
El nombramiento de Thanou se produce luego de que los tres partidos con mayor representación en el Parlamento actual no pudieron formar un gobierno y evitar las elecciones luego de la dimisión del gobierno de Tsipras hace una semana.
El viernes también se hará el esperado anuncio de la fecha de las elecciones que muy probablemente se realizarán el 20 de septiembre, según fuentes del gobierno griego, así como de la disolución del Parlamento.
En camino hacia las quintas elecciones generales en el país en seis años y las segundas en este año, Tsipras declaró que forzó la nueva votación porque siente que es su deber moral pedir un nuevo mandato a los ciudadanos griegos para avanzar.
En las elecciones nacionales del 25 de enero, el partido Syriza de Tsipras llegó al poder con la promesa de revertir las duras políticas de seguridad de los últimos cinco años y de implementar una estrategia alternativa para superar la crisis de la deuda.
Luego de largas negociaciones con los prestamistas internacionales de Grecia, el gobierno de Tsipras alcanzó un nuevo acuerdo de rescate este verano, el tercero desde 2010, para evitar la bancarrota y la salida de la eurozona.
Desde julio, el líder de izquierda ha defendido en repetidas ocasiones su decisión de aceptar un nuevo y doloroso acuerdo de dinero a cambio de reformas para los siguientes tres años como la única solución creíble para mantener a Grecia a flote y en camino hacia la recuperación económica.
En sus declaraciones de la última semana, Tsipras pidió un nuevo mandato claro del pueblo griego para implementar el programa.
De acuerdo con los analistas políticos de Atenas, el objetivo de Tsipras es conseguir una mayoría parlamentaria absoluta y formar un gobierno más fuerte y más estable para implementar las controvertidas medidas.
En el actual Parlamento saliente de 300 legisladores, Syriza ostenta 149 escaños y formó un gobierno de coalición con el partido Griegos Independientes.
Pero el "compromiso honesto" de Tsipras con los prestamistas fue rechazado por algunos de los miembros de Syriza, quienes lo describieron como "un mapa de ruta humillante y catastrófico" para el país.
Luego de una rebelión dentro de Syriza, la semana pasada se formó un nuevo partido contrario al rescate encabezado por uno de los ex ministros de Tsipras. Encuestadores en Atenas esperan que Unidad Popular, formado por Panagiotis Lafazanis, le "robe" votos cruciales a Syriza.
Maite