Productos chinos encuentran gran aceptación en mercado mexicano
2014-11-24 17:47:34 XINHUA-CRI

  "PASELE, VEA Y LLEVESE LO QUE LE GUSTE"

  Sentados atrás de pequeños mostradores, los comerciantes procedentes de China se encargan de administrar la caja y de cobrar a sus clientes mexicanos los artículos que -gustosos- adquieren en tiendas ubicadas en centros comerciales, algunos se han establecido en estaciones del Transporte Colectivo Metro (tren subterráneo) o en áreas de intensa presencia peatonal en Ciudad de México.

  La comunicación entre ciudadanos chinos y mexicanos no es problema, ya que los comerciantes del país asiático recurren a la contratación de mujeres jóvenes que, a base de convivencia diaria, se dan a entender para concretar las ventas.

  "Pásele, vea y llévese lo que le guste", invita en idioma español un tanto difícil de entender el comerciante chino a los posibles compradores.

  "Dígame qué le gusta, le doy precio", añade Jazmín, la trabajadora mexicana que apoya al vendedor chino, quien fue entrevistado por Xinhua en una tienda ubicada en un pasillo de la estación Zócalo del Sistema de Transporte Colectivo-Metro.

  Accesible, amable y atento, el vendedor chino trata de comunicarse en español con sus clientes mexicanos, quienes gustosos adquieren artículos de manufactura china.

  A preguntas del cliente mexicano, el ciudadano chino Huang Yao pide apoyo de Jazmín para la mejor atención y conformidad del comprador.

  En otro rumbo de Ciudad de México, quien esto escribe acudió a una de las tantas tiendas a comprar artículos de bisutería de origen chino.

  Con la intención de entablar un diálogo ameno, el periodista de Xinhua preguntó a un ciudadano chino sobre el trato que ha recibido en México.

  El comerciante chino dijo a Xinhua estar muy contento en este país latinoamericano, pero insistió en que no dominaba el español, por lo cual el diálogo fue muy breve.

  Pero para atraer a clientes mexicanos, los ciudadanos chinos han optado por contratar a jóvenes mexicanas que sirven de intermediarias, quienes preguntan a dueños del establecimiento el precio de las mercancías, y atienden a los compradores.

  En una tienda de productos chinos ubicada en las inmediaciones del mercado San Angel, en el sur de Ciudad de México, se observan con predominio las series de luces multicolores mismas que adornarán los tradicionales árboles de Navidad, y que con gran auge se ofrecen en esta temporada invernal.

  "Dígame, qué quiere, pregunte precio", expresa Joana a Xinhua, quien amable muestra varios artículos solicitados, y que tras decidirse por la compra, se dirige al administrador chino, quien entrega la mercancía al comprador, previo pago.

  En los establecimientos comerciales de artículos chinos se puede observar desde grandes lámparas hasta variados artículos "para la buena suerte" con la figura de personajes chinos, budas y la figura del Yin y el Yang en infinidad de chicos y medianos adornos.

  Pero también se pueden ver vistosos sombreros para dama y caballero, bolsos para mujeres, aretes, anillos, prendedores, diademas, accesorios de maquillaje femenino y pequeños rebozos y tocados multicolores, entre muchos otros artículos.

  No menos atentos son los comerciantes chinos que atienden en restaurantes y cafeterías ubicadas en un gran número de lugares de la capital mexicana.

  Uno de los más concurridos es el llamado "China Express", ubicado en una plaza comercial del sur de ciudad de México, en donde se ofrece la comida tipo buffete.

  Ahí, la comida tiene un precio de entre 40 y 60 pesos (entre tres y 4,3 dólares) por cada orden, que incluye al menos tres platillos, un precio muy "accesible" para los comensales de ese área de la capital mexicana.

  Sentado junto a un pequeño mostrador, el ciudadano chino Juan espera la orden del comensal, quien tras leer la carta del menú, se decide a comprar un buffette para adulto.

  "Le voy a dar una tarjeta para descuentos", dice el chino a un cliente mexicano quien agradece las atenciones, y le hace entrega de ese distintivo de cliente frecuente, que con una amplia sonrisa éste guarda celosamente en su cartera.

        Enrique


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