El Índice de Gerentes de Compras (IGC) del sector manufacturero subió al 51,7 por ciento, frente al 51 por ciento de junio, según los datos oficiales publicados este viernes por el Buró Nacional de Estadísticas (BNE) y la Federación de Logística y Adquisición de China.
Un resultado superior al 50 por ciento indica expansión, mientras uno por debajo de esa cifra muestra contracción.
La cifra, más alta de lo esperado, supone que el índice creció por quinto mes consecutivo. El IGC es un indicador importante de la situación de la segunda mayor economía del mundo y es ampliamente tenido en cuenta.
Un estadístico del BNE, Zhao Qinghe, atribuyó el avance a las políticas de estabilización del crecimiento aplicadas por el gobierno chino y a la mejora continua en el entorno exterior, lo que impulsó la producción y los nuevos pedidos.
En concreto, el índice de producción se situó en un 54,2 por ciento, el máximo en 2014, mientras que el de nuevos pedidos ascendió al nivel más alto desde mayo de 2012.
Después de un inicio poco sólido este año, los elaboradores de la política del país han puesto sus esperanzas en la aceleración de los gastos fiscales y en la relajación selectiva de las políticas monetarias con el fin de apoyar el crecimiento económico.
En los primeros seis meses del año, los gastos fiscales totales subieron un 15,8 por ciento interanual hasta 6,92 billones de yuanes (1,12 billones de dólares). Sólo en junio, la cifra se elevó en un 26,1 por ciento hasta 1,65 billones de yuanes.
Además de la política fiscal proactiva, el país se ha concentrado también en mejorar la estructura crediticia con una política monetaria prudente y un crecimiento razonable de los préstamos como telón de fondo.
Debido, en parte, a estos esfuerzos, el crecimiento de la economía china dio señales de recuperación en el segundo trimestre, al situarse en un 7,5 por ciento, frente al 7,4 por ciento registrado en el primer cuarto del año.
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