La misión argentina que lidera el secretario de Finanzas, Pablo López, arribó el martes a Nueva York para reunirse con el mediador judicial Daniel Pollack en un intento por evitar el default técnico o administrativo para el país sudamericano.
La situación se da dentro del marco de la demanda que el fondo NML Elliot lleva adelante contra la Argentina en el juzgado neoyorkino a cargo de Thomas Griesa quien tiempo atrás emitió una sentencia en favor de los litigantes.
El fallo impide al gobierno de la presidenta Cristina Fernández pagar en tiempo y forma a los tenedores de bonos del Tesoro que en 2005 y 2010 aceptaron las reestructuración de la deuda soberana.
La misión -que se completa con el secretario de Legal y Administrativa, Federico Thea y la procuradora Angelina Abbona- una vez más no acepta reunirse con los abogados que representan a los fondos buitres en un "cara a cara" como propuso Pollack reiteradamente porque considera que es la única forma para superar "la grave situación" sin "caer en default".
Argentina solicita que el juez Griesa reponga la medida cautelar ("stay") que suspenda la ejecución de la sentencia emitida que fuera ratifica por la cámara de apelaciones de Nueva York y por la Corte Suprema estadounidense que al rechazar intervenir en la causa dejó firmes los fallos anteriores.
Asimismo, los abogados argentinos exigen tanto para el juzgado como de los fondos buitres una garantía que proteja al país de la clásula RUFO que impide al gobierno cumplir con los pagos acordados con los bonistas que poseen títulos reestructurados que, en su conjunto, suman el 92 por ciento del total de los acreedores.
En la cuenta que en el Banco Central (BCRA) tiene el Bank of Nueva York (BoNY), desde el pasado 26 de junio, se encuentran depositados 532 millones de dólares, monto que corresponde a la cantidad que por servicios de la deuda pública Argentina tiene que pagar a los acreedores pero que el juez Griesa lo impide.
Enrique